Los talibanes y las fuerzas de la oposición luchaban el sábado por el control del valle de Panshir, al norte de Kabul, la última provincia de Afganistán que se resiste a la milicia islamista, de acuerdo a diversos reportes.
Fuentes de los talibanes habían dicho el viernes que el grupo había tomado el control del valle, aunque la resistencia negó que hubiera caído.
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Hasta el momento, los talibanes no han emitido ninguna declaración pública de que se hayan apoderado del valle, que se resistió a su gobierno la última vez que estuvieron en el poder entre 1996 y 2001.
Un portavoz del Frente de Resistencia Nacional de Afganistán, que agrupa a las fuerzas de oposición leales al líder local Ahmad Massoud, dijo que los talibanes alcanzaron las alturas de Darband, en la frontera entre la provincia de Kapisa y Panshir, pero fueron repelidas.
En tanto, una fuente talibán dijo que los combates continuaban en Panshir pero que el avance se había visto frenado por minas terrestres colocadas en la carretera hacia la capital, Bazarak.
El desminado y la ofensiva están ocurriendo al mismo tiempo”, señaló.
No fue posible obtener de inmediato una confirmación independiente de los eventos en Panshir, que está amurallada por montañas a excepción de una entrada estrecha y también se había resistido a la ocupación soviética.
Los disparos de celebración resonaron en todo Kabul el viernes cuando se difundieron los informes de la toma de Panshir por los talibanes, y agencias de noticias reportaron que al menos 17 personas murieron y 41 resultaron heridas.
Influencia de Pakistán
En tanto, el jefe de espías de Pakistán voló a Kabul el sábado, confirmaron fuentes en ambas capitales.
No estaba claro cuál era su agenda, pero un funcionario de alto rango paquistaní sostuvo esta semana que el teniente general Faiz Hameed, que dirige la poderosa Agencia de Inteligencia (ISI), podría ayudar a los talibanes a reorganizar el Ejército afgano.
Washington ha acusado a Pakistán y al ISI de respaldar a los talibanes en la lucha de dos décadas del grupo contra el gobierno respaldado por Estados Unidos en Kabul, aunque Islamabad ha negado los cargos.
El gobierno de Pakistán ha dicho que su influencia sobre el movimiento ha disminuido, particularmente desde que los talibanes aumentaron su confianza una vez que Washington anunció la fecha para la retirada completa de las tropas estadunidenses y extranjeras.
La fuente talibán también sostuvo que el anuncio sobre un nuevo gobierno se retrasaría hasta la próxima semana.
Otras fuentes habían dicho el viernes que el cofundador del grupo, Mullah Abdul Ghani Baradar, lideraría un nuevo gobierno afgano que se anunciará pronto.
Reapertura del aeropuerto
Mientras tanto, había algunas señales de que la normalidad regresaba a la capital afgana.
El embajador de Qatar en Afganistán dijo que un equipo técnico pudo reabrir el aeropuerto de Kabul para recibir ayuda, según el canal de noticias Al Jazeera, que también citó a su corresponsal diciendo que los vuelos nacionales se habían reiniciado.
El aeropuerto ha estado cerrado desde que Estados Unidos completó el 30 de agosto las operaciones para evacuar a diplomáticos, extranjeros y afganos considerados en riesgo por los talibanes.
La empobrecida economía de Afganistán se ha visto sumida en el caos por la toma del poder por los talibanes. Muchos bancos están cerrados y el efectivo escasea.
Las potencias occidentales dicen que están dispuestas a comprometerse con los talibanes y enviar ayuda humanitaria, pero que el reconocimiento formal del gobierno y una asistencia económica más amplia dependerán de la acción, no solo de las promesas, para salvaguardar los derechos humanos.