El presidente francés, Emmanuel Macron, visitó este domingo el Kurdistán iraquí, así como la ciudad de Mosul, además de una iglesia y el lugar de una mezquita destruida durante la reconquista de la ciudad contra el grupo Estado Islámico (EI) en 2017, para mostrar “respeto” a todas las comunidades” del país.
En el segundo día de su visita en Irak, Macron fue a Mosul, la segunda ciudad iraquí y último gran bastión retenido por el EI, para “reconocer la importancia” de esta “ciudad mártir” asolada por la violencia de los combates de 2017, según manifestó.
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En 2017, Mosul fue reconquistada por el ejército iraquí y una coalición internacional liderada por Estados Unidos, tras intensos bombardeos y combates que la dejaron en ruinas.
Durante la jornada, el presidente francés visitó Nuestra Señora de la Hora, una iglesia católica muy dañada desde 2003 y que la Unesco está rehabilitando.
Los iraquíes tienen que “trabajar juntos”, dijo en su discurso.
Mosul todavía tiene las cicatrices de aquella ofensiva, pero la reconstrucción de la ciudad “es demasiado lenta”, dijo Macron.
Anunció que se volverá “a instalar un consulado y escuelas” en Mosul.
Francia, que financia las escuelas cristianas de habla francesa en la región, quiere proteger a los cristianos de Oriente, pero también a todas las minorías.