Otra vez, como ya sucedió en San Mamés, un arrebato mágico de Memphis Depay salvó al Barcelona, que venció por 2-1 al Getafe en el Camp Nou a pesar de mostrar inseguridad y de no lograr tener el partido bajo control prácticamente en ningún momento.
El neerlandés sentenció los tres puntos con una jugada asombrosa, pero antes Sergi Roberto había puesto por delante al Barça por primera vez nada más iniciarse el encuentro. Entre los dos goles locales, el exazulgrana Sandro Ramírez igualó el marcador.
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La puesta en escena inicial del Barça fue demoledora. Aún no se habían disputado dos minutos de partido cuando una estética y efectiva jugada de combinación finalizó con un remate en carrera de Sergi Roberto desde el interior del área ante el que nada pudo hacer David Soria.
Antes de que la pelota llegara franca para el centrocampista de Reus, Ronald Araujo había iniciado la jugada buscando entre líneas a Memphis, que cedió el balón a Jordi Alba en la banda izquierda para que a falta de que apareciera Leo Messi en el borde del área, lo hiciera alguien en el interior. Martin Braithwaite hizo un intento de rematar de tacón, pero la gloria se la llevó el centrocampista. Pero en el minuto 19 el Barça regresó a la realidad mediante un gol de los visitantes que, para más inri, construyeron dos exazulgranas. Sandro Ramírez y Carles Aleñà combinaron en la frontal del área y el delantero canario definió por raso ante Ter Stegen, logrando el primer gol en Liga del Getafe este curso.
Sandro no tuvo ningún reparo en celebrar el tanto y el público del Camp Nou se lo reprochó con abucheos.
A partir de entonces el partido entró en una espiral de acciones conflictivas que trabaron el ritmo del juego y el conjunto de Ronald Koeman no encontró otra vez la luz hasta que en el minuto 30 Memphis, que ya se ha metido en el bolsillo a la afición azulgrana, encaró el área ante Djené e Iglesias, hizo una bicicleta y después de amagar dos veces disparó entre los dos defensas para hacer el 2-1.
Tras el gol las ideas azulgranas volvieron a languidecer y, pese al resultado, el Barça no se fue contento con su rendimiento en el primer tiempo, que fue de más o menos. Al contrario que el Getafe, cómodo en los escenarios que no fluyen. Como si siguiera el pensamiento del arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright, el conjunto madrileño encuentra el orden a partir del caos.