Los violentos incendios forestales continuaban devorando miles de hectáreas en Grecia este sábado y batiendo récords de superficies quemadas por undécimo día consecutivo, al tiempo que, en la vecina Turquía, el fuego parecía calmarse.
Es un desastre abominable. Me temo que solo mis bisnietos tendrán la oportunidad de caminar nuevamente en estas tierras. Es un desastre enorme”, dijo sollozando Tasos Tsilivakos, un jubilado entrevistado en Pefkofyto, en el norte de Atenas.
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A unos treinta kilómetros de la capital griega, el violento desastre siguió avanzando con vigor hacia el este y el lago Maratón, la mayor reserva de agua de la capital, tras provocar la evacuación de una decena de localidades.
Su humo espeso y su olor acre invadieron una vez más la capital.
En el pueblo de Pefkofyto, cuyo nombre significa “bosque de pinos” en griego, solo quedan pinos carbonizados y los cimientos de las viviendas. El incendio no ha dejado más que un espectáculo de desolación.
Cuando termine este verano de pesadilla, repararemos todos los daños lo antes posible”, dijo el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, el sábado por la mañana en el departamento de bomberos de Atenas.
Prometió que “se dará prioridad a la reforestación de las zonas quemadas”.
Ayudados también por refuerzos de Francia, Chipre, Croacia, Rumania, Suecia, Suiza y Ucrania, al menos mil 450 bomberos griegos continuaban una encarnizada batalla contra cinco grandes incendios al norte de Atenas, en la isla de Eubea, a 200 km al este de la capital, y tres fuegos en la península del Peloponeso, en el oeste, informaron los bomberos.
El sábado se contabilizaron cincuenta y cinco incendios activos en Grecia, donde más de 56 mil hectáreas han sido devastadas en los últimos diez días, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS).
Al 7 de agosto, las áreas quemadas este año en Grecia ya habían sobrepasado las 70 mil hectáreas, frente a un promedio de unas 8 mil 800 hectáreas durante el periodo comprendido entre 2008-2020, según datos de EFFIS.
Lluvia providencial
En cambio, la situación parecía estabilizarse en la costa turca, donde 13 de los 200 incendios registrados en los últimos días seguían activos el sábado.
Las lluvias providenciales que cayeron en el suroeste de Turquía contribuyeron a mejorar la situación en la región de Antalya.
Según las autoridades locales, los incendios ahora están bajo control, incluso en Manavgat, donde los aguaceros continuaron el sábado.
Aunque los bomberos turcos han recibido la ayuda de muchos voluntarios, continúan sus esfuerzos en la región de Mugla, donde tres barrios fueron evacuados, según el municipio.
A ambos lados del mar Egeo, cientos de casas fueron destruidas y miles de turistas y residentes fueron evacuados en los últimos días, muchos por vía marítima, a causa de las llamas avivadas por las altísimas temperaturas.
Ocho personas han muerto y decenas han sido hospitalizadas por los incendios en el sur de Turquía, mientras que en Grecia se han registrado dos muertes y una veintena de heridos, incluidos dos bomberos voluntarios hospitalizados en estado crítico.
Con los termómetros oscilando entre los 40 y los 45 grados, Grecia y Turquía atraviesan una ola de calor excepcional, que los expertos vinculan inequívocamente con el cambio climático.