Lanza el INAH concurso para proteger pirámide de la Serpiente Emplumada

El certamen internacional elegirá el proyecto arquitectónico idóneo que apoye la conservación y estabilización de la pirámide.
pirámide de la Serpiente Emplumada

Ante el “alarmante” y “acelerado” proceso de deterioro que se ha registrado en los 18 años pasados en la pirámide de la Serpiente Emplumada, en la zona arqueológica de Teotihuacan, causado principalmente por las oscilaciones térmicas diarias y estacionales, la lluvia y las tormentas intempestivas, la radiación solar, entre otras causas, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) emitió una convocatoria de concurso internacional para el diseño del sistema de protección integral de su fachada poniente.

El certamen busca desarrollar el proyecto arquitectónico idóneo para un sistema de protección integral que apoye la conservación de la pirámide, la estabilización del monumento arqueológico y el amortiguamiento de las principales causas de deterioro que inciden sobre todo en su fachada poniente.

“A través de un proceso de evaluación académica, colegiada e interdisciplinaria, el proyecto deberá ser capaz de neutralizar las causas de los deterioros asociados a las condiciones climáticas, con base en la legislación vigente en materia de construcción y seguridad estructural, con énfasis en normatividad nacional e internacional para la conservación de patrimonio cultural”, dice la convocatoria.

En conferencia de prensa, el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, dio a conocer el concurso, el cual, señaló, es de gran importancia para el instituto, porque significa revertir un deterioro resultado de más de 100 años de exposición de la fachada a la intemperie.

“La finalidad es lograr el mejor diseño posible para el sistema con la máxima eficiencia por sus características, funcionales y estéticas, de acuerdo con las formas estructurales y físicas de este elemento arquitectónico, de su entorno visual, monumental y paisajístico, y, sobre todo, garantes de su protección al más largo plazo”.

Explicó que el nivel de afectación de la estructura piramidal es considerado “grave” por el cúmulo de procesos cada vez más acelerados de arenización, disgregación, filtración, manchas de humedad, fracturas, pérdida de color y elementos arquitectónicos.

Agregó que desde finales de 2015, el INAH conformó una comisión académica de la pirámide de la Serpiente Emplumada con el fin de analizar a fondo la problemática y diseñar soluciones de conservación desde una perspectiva multidisciplinaria, que comprenda las especialidades de la arqueología, la arquitectura, la ingeniería, la conservación y el diseño.

Tenemos claros los riesgos

Afirmó que desde ese año, los arqueólogos Sergio Gómez, Eduardo Matos Moctezuma, Leonardo López Austin y Saburo Sugiyama plantearon el problema con algunas restauradoras y se constituyó el grupo que ha trabajado desde 2017 y 2018, cuando se instaló un sistema de monitoreo que permite reportar, de manera periódica, los cambios climáticos y de temperatura, las exposiciones a humedad, sol, lluvia y viento.

“Por tanto, tenemos claro los riesgos; una salida sencilla es volver a enterrar la fachada, pero, obviamente, el público se perdería de apreciar los elementos fundamentales.

El punto de partida necesario ha sido la elaboración con tecnología de punta para la definición precisa del proyecto de conservación, restauración, en el que se tomen en cuenta las condiciones estructurales, físicas, químicas y ambientales”, aseguró.

“En el pasado, tratando de impedir que se humedeciera el templo, en la parte superior de la pirámide se puso una capa de cemento, de lo cual nos hemos dado cuenta que a la postre ha sido perjudicial, porque genera acumulación de humedad que sale por el lado de las cabezas tipo Tláloc.”

Señaló que ante el deterioro acumulado y el cambio climático se deben tomar medidas drásticas y de mayor calado, por eso se decidió lanzar la convocatoria para la elaboración del proyecto.

El director del Proyecto Tlalocan Camino bajo la tierra, Sergio Gómez Chávez, sostuvo que han sido muchos años de análisis y revisión de lo que sucede al edificio y, después de más de 10 años, se llegó a la conclusión de que se trata de un tema sumamente complejo.

“Por esa razón, la comisión ha considerado la necesidad de colaborar con muchos especialistas; no es un proyecto que sólo congregará a arqueólogos. Estamos en un momento en el que no podemos titubear ni dar una alternativa que resulte contraproducente al paso del tiempo.

Esto no va solucionar los problemas, pero se requerirá una intervención integral que atienda la problemática de conservación”, expresó.

El punto de partida necesario ha sido la elaboración con tecnología de punta para la definición precisa del proyecto de conservación, restauración, en el que se tomen en cuenta las condiciones estructurales, físicas, químicas y ambientales”, aseguró.

“En el pasado, tratando de impedir que se humedeciera el templo, en la parte superior de la pirámide se puso una capa de cemento, de lo cual nos hemos dado cuenta que a la postre ha sido perjudicial, porque genera acumulación de humedad que sale por el lado de las cabezas tipo Tláloc.”

Señaló que ante el deterioro acumulado y el cambio climático se deben tomar medidas drásticas y de mayor calado, por eso se decidió lanzar la convocatoria para la elaboración del proyecto.

El director del Proyecto Tlalocan Camino bajo la tierra, Sergio Gómez Chávez, sostuvo que han sido muchos años de análisis y revisión de lo que sucede al edificio y, después de más de 10 años, se llegó a la conclusión de que se trata de un tema sumamente complejo.

“Por esa razón, la comisión ha considerado la necesidad de colaborar con muchos especialistas; no es un proyecto que sólo congregará a arqueólogos.

Estamos en un momento en el que no podemos titubear ni dar una alternativa que resulte contraproducente al paso del tiempo.

Esto no va solucionar los problemas, pero se requerirá una intervención integral que atienda la problemática de conservación”, expresó.