Un oso pardo sorprendió a turistas que acamparon sin permiso en Rusia. Un hombre e 42 años fue devorado, mientras que las autoridades mataron al animal en venganza.
No cabe duda que la pandemia no solamente afecta a los humanos, sino también a los animales salvajes.
Un oso pardo, acostumbrado a devorar los restos alimenticios que dejan las personas en el Parque Nacional de Ergaki en Rusia, estaba tan hambriento ante la disminución significativa de visitantes y el gran bloque hielo que cubría el río repleto de salmones, que pasó una tragedia.
¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA
El mamífero atacó a un campista, se lo engulló y en respuesta, las autoridades le dispararon a la vieja usanza: Ojo por ojo y diente por diente.
Todo comenzó cuando un grupo de excursionistas acampaba en uno de las reservas naturales más grandes de Rusia, para disfrutar lo que se supondría que serían unos maravillosos días de senderismo entre amigos.
Pero, mientras Yevgeny Starkov, desempacaba sus pertenencias, el oso pardo llegó de sorpresa atacándolo de espaldas.
Claramente, a los cuatro amigos que lo acompañaban en la aventura, no les dio tiempo de decir ‘ni pío’.
Atónitos ante la aberrante escena y antes de presenciar como Starkov, era devorado por el omnívoro e al menos 500 kilos, ya saben lo que dicen, más vale que digan que aquí corrió, que aquí quedó.
Los campistas salieron corriendo hacia una montaña cercana. Huyeron como pudieron, a ninguno de ellos les dio tiempo de ponerse zapatos.
Pero, lo que no esperaban era que tendrían que caminar descalzos por más de siete horas buscando ayuda.
Con una longitud de 80 kilómetros y una superficie de más de 343 mil hectáreas, rodeado por una cordillera de montañas, encontrar a alguien en el Parque Nacional de Ergaki, es como buscar una aguja en un pajar.
Sin embargo, los guardabosques señalaron que el parque estaba cerrado desde el inicio de la pandemia y hasta el próximo mes de noviembre del 2021, por lo que no esperaban que un grupo de personas se encontrara en el lugar, a sabiendas que los animales salvajes que viven en el lugar, suelen esculcar los botes de basura, con la esperanza de encontrar algunos desechos alimenticios.
Pero, a falta de desperdicios, aunado a un gran bloque de hielo que se ha formado en el río que recorre el bosque y que impide a los osos pescar, no era de extrañarse que el oso pardo estuviera salivando sin cesar, en cuanto vio al hombre de 42 años.