Las intensas lluvias que golpean los campamentos rohinyá de Cox’s Bazar, en el sur de Bangladesh, provocaron la muerte de al menos seis refugiados, mientras miles continúan en riesgo por las precarias condiciones de las infraestructuras.
Cinco de la muertes reportadas hoy ocurrieron alrededor de las 11.00 hora local (5.00 GMT) cuando un fragmento de una colina se derrumbó cerca del campamento 10, en el área de Balukhali, tras horas de fuertes precipitaciones que hicieron ceder el terreno, indicó a Efe el comisionado de Asistencia y Repatriación a Refugiados de Bangladesh, Shah Rezwan Hayat.
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“Ha estado lloviendo mucho aquí desde anoche. Cinco rohinyás murieron en deslizamientos de tierra y otros dos resultaron heridos. Nuestra gente continúa con sus labores de rescate”, dijo.
El comisionado adjunto de repatriación y ayuda a los refugiados, Shamsuddoha, confirmó además la muerte de otra persona por ahogamiento en un accidente derivado de las lluvias.
El campamento de Balukhali, al igual que otras zonas de refugiados en Bangladesh, es un área vulnerable a incendios e inundaciones por la deficiencia de las instalaciones, su masificación, y las frágiles chozas de madera, bambú y plástico que cubren el área.
Organizaciones humanitarias han advertido constantemente sobre los peligros de deslizamientos de tierra e inundaciones en los campamentos rohinyá ubicados en colinas del sureste de Bangladesh.
La Organización Internacional para la Migración de la ONU (OIM) señaló a principios de julio que estaba evaluando el riesgo de deslizamientos de tierra, fortaleciendo las redes de drenaje, instalando medidas de protección de pendientes y mejorando las vías clave.
Al menos 738 mil rohinyás han huido a Bangladesh desde el 25 de agosto de 2017 por la ola de violencia desatada en Birmania, donde el Ejército llevó a cabo una campaña militar en respuesta a un ataque de un grupo de insurgentes rohinyás contra puestos policiales.
Esta operación militar de las fuerzas birmanas ha sido catalogada por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos como un “caso de libro de limpieza étnica”.