El Coliseo de Roma ofrece un nuevo recorrido a sus visitantes en
su hipogeo, las galerías subterráneas, que permite conocer las entrañas del
anfiteatro y “revivir” las competiciones durante sus más de 400 años
de actividad a través de la nueva pasarela, que por primera vez cruza todo el
anfiteatro.
“El nuevo recorrido del hipogeo permite revivir el Coliseo y el desarrollo
diario de sus competiciones gracias al trabajo de restauración, que ha
identificado las diferentes fases de reestructuración del anfiteatro”,
explicó hoy la directora del Parque Arqueológico del Coliseo, Alfonsina Russo.
El público del anfiteatro podrá caminar por los subterráneos desde la puerta
Libitinaria, en la parte oriental, a la Triumphalis, en la occidental, un paseo
completo que revela “como se transformó durante el paso de los años”
la actividad de los hipogeos, que no siempre ofrecieron las mismas
competiciones.
La imagen de un edificio como el Coliseo suele ser fija, como si siempre
hubiese permanecido igual, pero el anfiteatro vivió diferentes etapas en
función de los gustos de la época, y cambió desde su inauguración en el año 80
hasta su último espectáculo, una caza con animales en el 523.
Los trabajos de restauración, que tuvieron lugar entre 2018 y 2020 gracias a la
financiación del grupo de calzado italiano Tod’s y se inauguraron el pasado
junio, han logrado ubicar 28 pequeños ascensores y unas 20 plataformas
centrales que se usaban para hacer aparecer sobre la arena a gladiadores y
animales.
En el siglo III d.C los ascensores, situados en los pasillos laterales, se
trasladaron al centro, un cambio que no es solo logístico, sino que ilustra
“una gran transformación en los gustos por los juegos y en el modo en el
que se desarrollaban”.
“Los trabajos de restauración han definido las transformaciones en
aquellos años”, precisó Russo, que recordó que la muerte de los
gladiadores era “excepcional” porque no interesaba económicamente, y
por ejemplo, cuando el cristianismo ya era dominante en los últimos años del
imperio, se dejaron de celebrar combates a muerte.
La directora del parque arqueológico relató como podía ser una jornada normal
de juegos: se empezaba el día con las cazas, bien entre animales o entre
animales y personas; se seguía con las condenas a muerte, teatralizadas en base
a mitos romanos; y finalmente, la jornada se clausuraba con los combates de
gladiadores.
El hipogeo del Coliseo se transformó primero en el 217 tras un importante
incendio, por el que permaneció cerrado cinco años, y luego volvió a sufrir
reformas por terremotos en los años 443 y 508, unas reformas no solo
arquitectónicas, sino que permiten “observar que algo cambió en los juegos
de gladiadores”.
“El Coliseo era el anfiteatro del emperador y usaba toda la tecnología
conocida en aquel momento. Para mover un ascensor se requerían unas ocho
personas, por lo que en el momento en el que se usaban todos al mismo tiempo,
hacían falta unas 240 personas”, ejemplifica la directora para mostrar la
gran estructura física y humana tras el anfiteatro.
Una técnica que Russo espera que sirva también para la futura proyección de una
arena sobre estos subterráneos, que “será muy tecnológica, como la
antigua, pero con tecnología actual” y que según las previsiones -“si
la pandemia no da problemas”-, se inaugurará en 2023.
El nuevo recorrido de 160 metros de pasarela gracias a los trabajos de
restauración, que se han extendido por una superficie total de 15.000 metros
cuadrados, también han servido para sentar las bases de las futuras obras de la
nueva arena.
“No nos fijamos en el número de visitantes, sino en la calidad de la
visita”, especifica Russo, que destaca que lo importante es que el nuevo
recorrido permite volver a vivir “en profundidad todas las actividades que
desarrollaban en el ‘backstage’ del Coliseo
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