El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo el sábado que aspira a que se instale el próximo mes en México una mesa de diálogo con la oposición, en un acercamiento apoyado por Noruega y otros países, en los que podría estar Estados Unidos.
El regreso a una mesa de negociaciones representa un cambio de rumbo para la oposición, que ha acusado a Maduro de utilizar las rondas de diálogo para ganar tiempo y aliviar la presión internacional expresada en sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea a dirigentes del gobierno y a la petrolera estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA
Los jefes diplomáticos tanto de Washington como de Bruselas, además de Canadá, expresaron en junio que estarían dispuestos a revisar las sanciones al gobierno de Maduro si las negociaciones conducen a un progreso significativo hacia elecciones transparentes y libres.
Las delegaciones del gobierno bolivariano y legítimo que presido y de las oposiciones con todos sus delegados. Ya hemos prehablado una agenda compleja, difícil”, agregó sin dar detalles del contenido de los temas a tratar.
También “nos hemos puesto de acuerdo en las bases del arranque en el diálogo y aspiro que en el mes de agosto temprano poder instalar en México, con la ayuda del gobierno de Noruega y posiblemente la participación de gobiernos del mundo, pudiera ser (…) entre ellos de Estados Unidos, poder instalar en México una mesa de diálogo”, agregó Maduro.
Esas conversaciones serían “con todas las oposiciones (…) para que ellos ahí renuncien por escrito y de palabra viva a la violencia”, señaló el mandatario venezolano.
Maduro ha dicho que la oposición esta dividida, mientras el liderazgo opositor, en manos de Juan Guaidó, asegura que algunos de sus miembros “se vendieron” al oficialismo para ingresar al parlamento que asumió funciones en enero, al tiempo que rechazan las acciones que generan violencia y en las que han sido detenidos algunos dirigentes.
