La ONG humanitaria Amnistía Internacional ha recordado este sábado que el joven iraní Hosein Shahbazi será ejecutado mañana tras ser hallado culpable de un crimen cometido cuando tenía 17 años de edad y que, denuncia, fue objeto de una confesión forzada y con nulas garantías legales.
Según el recuento del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Shahbazi tenía 17 años cuando fue arrestado en 2018 por presuntamente apuñalar a un compañero de clase durante una pelea, lo que significa que era un niño en ese momento, según lo define la Convención de los Derechos del Niño de la ONU, de la que Irán es parte.
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En enero de 2020, Shahbazi, encarcelado ya en Adelabad, en la ciudad de Shiraz, fue condenado a muerte tras ser interrogado durante 11 días sin tener acceso a un abogado ni a su familia. Durante este tiempo, según los informes que baraja la ONU, fue torturado y obligado a confesar haber cometido el crimen. La madre de Hosein denunció, tras una visita a la cárcel, que su hijo tenía hematomas en el rostro y parecía haber perdido peso.
A pesar de reconocer que Shahbazi era menor de 18 años en el momento del delito, las autoridades aseguraron que ya había alcanzado el desarrollo mental y la madurez, según un examen llevado a cabo por Organización de Medicina Legal, institución forense del Estado, y recogido por la propia ONU.
«Imponer la pena de muerte a una persona que era menor de edad en el momento de cometerse el delito está prohibido por el derecho internacional de los derechos humanos e incumple las obligaciones internacionales de Irán», lamenta Amnistía.