EE.UU., como de costumbre, apoya una vez más la alteración del orden público y la seguridad en el suroeste de Irán con el fin de desestabilizar el país persa.
En declaraciones injerencistas, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, ratificó el miércoles por la noche el apoyo de la Casa Blanca a los disturbios registrados en los últimos días en la provincia suroccidental de Juzestán, tras la protesta de algunos ciudadanos por la falta de agua en la zona.
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Dijo que Washington sigue de cerca los informes de protestas en la provincia iraní de Juzestán y apoya las manifestaciones y protestas iraníes.
Si bien, los Gobiernos de Washington han reprimido repetidamente las protestas populares en los últimos años contra diversos problemas, incluido el racismo, la violencia policial desenfrenada y las incursiones estadounidenses en otros países, el diplomático norteamericano declaró “los iraníes, al igual que cualquier otro pueblo, deberían disfrutar de esos derechos sin miedo a la violencia, sin miedo a la detención arbitraria por parte de las fuerzas de seguridad”. “Y por eso que estamos monitoreando muy de cerca los acontecimientos”, apostilló.
Price llamó a los alborotadores como los manifestantes, mientras según informó el gobernador interino de la ciudad de Izeh, un joven juzestaní murió y 14 agentes policiales resultaron heridos en los disturbios del martes cuando se encontraban en la zona para garantizar la seguridad de la urbe.