Serbia es un coloso y Bogdanovic un fuera de serie

Italia lo intentó con todo, hizo su juego y lo hizo bien: atacar de frente, utilizar la movilidad de sus falsos interiores para coger a pie cambiado a las torres serbias, tirar bien, compartir el balón, buscar la espalda a la defensa y guerrear lo que pudo atrás. Por momentos, un partidazo, pero medirse a Serbia es chocar contra un muro alto y pétreo. El desgaste italiano, por estilo y menor profundidad de plantilla, condicionó el tramo final.
Una racha extraordinaria de Gallinari, tres triples y una canasta en los cuatro primeros minutos de la segunda parte, llevó a la afición italiana a comulgar con ruedas de molino: 53-55, minuto 24. Pero no, su selección no iba a ganar, lo que visto desde el prisma español beneficia a los de Scariolo. Porqué Serbia parece hoy lejos del alcance de casi todos sus rivales. La única invicta desde que arrancaran las concentraciones en julio pasado y con un arsenal que nos recuerda a la antigua Yugoslavia.
Imperial Bogdan Bogdanovic (6 de 11 de tres y 31 puntos), un muy buen jugador NBA y diferencial en el ámbito FIBA. Como Nikola Jokic, aquí, allí y donde sea (15 tantos, 6 rebotes y 4 pases de canasta). Djordjevic tiene talentazos y mucho físico a su disposición, pero también ha construido un bloque, ya lo hizo en campeonatos previos incluso con alguna figura menos.