El portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Seyed Abás Musavi, ha informado hoy miercolés sobre la decisión de Teherán tras unas revisiones necesarias que se han llevado a cabo sobre el estado consular y los permisos individuales de los marineros.
“No tenemos ningún problema con la tripulación y el capitán del petrolero, El barco fue capturado debido a la violación que cometió y es normal que la tripulación sea capturada cuando el barco se detiene”, ha argumentado.
Musavi ha enfatizado que Teherán por las políticas humanitarias abogó por la liberación de algunos de la tripulación y se les permitió abandonar el barco y regresar a la vida diaria.
La Fuerza Naval del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán confirmó en julio la detención del buque cisterna británico Stena Impero “por no haber respetado el código marítimo internacional” mientras atravesaba el estrecho de Ormuz.
El Stena Impero había apagado su sistema de posicionamiento global (GPS) y seguía la navegación hacia la ruta prevista para la salida de las embarcaciones del Golfo Pérsico.
Tal práctica aumentaba el riesgo de accidentes marítimos, por lo que la embarcación fue retenida luego de hacer caso omiso a los avisos emitidos desde Irán, de acuerdo a las autoridades iraníes.
La incautación se produjo el pasado 19 de julio, en la misma jornada en que la Corte Suprema de Gibraltar prolongó la retención del buque cisterna Adrian Darya 1 (anteriormente Grace 1), cargado con crudo iraní, que fue capturado el pasado 4 de julio por la Marina Real británica en las aguas del estrecho de Gibraltar.
Sin embargo, el Tribunal Supremo de Gibraltar ordenó el 15 de agosto levantar la retención del petrolero, al no encontrar pruebas de que el barco se iba a dirigir hacia Siria. La República Islámica dejó claro desde el principio que el navío incautado no tenía como destino Siria.