- El primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis, anuncia que la devastación causada por el huracán ‘Dorian’ no tiene precedentes y que las islas viven una ‘tragedia histórica’
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Prácticamente estacionado sobre Bahamas durante un día y medio, el huracán Dorian continuó azotando las islas el martes con consecuencias catastróficas que causaron que las inundaciones alcanzaran el segundo piso de los inmuebles, atraparan a la gente en los áticos y obligaran a otros a moverse de un refugio a otro.
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Se reportaron al menos cinco muertos.
“Estamos en medio de una tragedia histórica”, declaró el primer ministro Hubert Minnis.
Agregó que los decesos fueron reportados en las islas Ábaco.
“La devastación no tiene precedentes y es extensa”, dijo Minnis.
Los vientos y la lluvia incesantes destruyeron casas y negocios en las islas Ábaco y Gran Bahama, que tienen una población combinada de alrededor de 70 mil habitantes y no están a más de 12 metros sobre el nivel del mar en sus zonas más altas.
El aeropuerto de Gran Bahama estaba bajo 2 metros de agua.
Además, las inundaciones masivas han dejado inutilizable el principal hospital en Gran Bahama, informó el Ministro de Salud, Duane Sands.
Agregó que el meteoro también devastó otras partes de la infraestructura de salud.
Sands dijo que el hospital principal de Marsh Harbor está intacto y que alberga a 400 pacientes, pero que necesita alimentos, agua, medicinas y suministros quirúrgicos.
El funcionario añadió que los equipos están tratando de transportar por vía aérea desde Ábaco a entre cinco y siete enfermos con insuficiencia renal terminal, quienes no han recibido diálisis desde el viernes.
Las personas desesperadas que trataban de encontrar a sus seres queridos dejaron mensajes en las estaciones de radio locales.
Al amanecer, los vientos de Dorian habían bajado a 193 kilómetros por hora, lo que equivale a un huracán de categoría 3, informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
El meteoro se movía a una velocidad de apenas 2 km/h y parte de su ojo permanecía cubriendo la isla de Gran Bahama desde el domingo por la noche.
Su vórtice estaba a unos 70 kilómetros al noreste de Freeport, Bahamas, y 175 kilómetros al noreste de West Palm Beach, Florida.
Los vientos huracanados se extendían hasta 75 kilómetros en algunas direcciones.
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Dorian comenzó a avanzar hacia el noroeste el martes por la mañana y se esperaba que se acercara a la costa de Florida más tarde el martes, pero la amenaza para el estado disminuyó significativamente.
Los meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes esperan que el meteoro avance en paralelo a la costa y que el vórtice no toque tierra allí.
Ningún lugar en Florida tenía más de un 8 por ciento de probabilidades de ser golpeado por vientos huracanados.
Según la previsión, se espera que se mueva en dirección norte a la costa de Georgia y de Carolina del Sur el miércoles en la noche o el jueves.
Hasta el lunes, cuando terminó el fin de semana alargado por el Día del Trabajo, las autoridades advirtieron a cientos de miles de personas en Florida, Georgia y Carolina del Sur -más de 800 mil sólo en Carolina del Sur, y medio millón en Georgia- que evacuaran la zona por temor a que Dorian pudiera provocar inundaciones potencialmente fatales, incluso si el ojo del huracán permanecía frente a la costa, como se había previsto.
Varios grandes aeropuertos cerraron operaciones y cientos de vuelos fueron cancelados.
La Guardia Costera de Estados Unidos transportó por avión al menos a 21 personas heridas en la isla de Ábaco, que Dorian golpeó el domingo con vientos sostenidos de 295 km/h y ráfagas de hasta 355 km/h, una fuerza igualada sólo por el llamado huracán del Día del Trabajo de 1935, una época en la que estas tormentas no recibían nombres asignados.
Las autoridades de Bahamas informaron que recibieron un “tremendo” número de llamadas de personas desde casas inundadas.
Una estación de radio recibió más de 2 mil mensajes solicitando ayuda.
Dorian causó un muerto en Puerto Rico en el inicio de su larga travesía por el Caribe.