El hilo invisible Llull-Ricky-Raül

Para voltear «dos años de mierda» como él mismo calificó este pasado mes de junio su último par de años después de ganarle la Liga ACB al Barça, «dos mandarinas» como improvisó su colega Ricky Rubio en la zona mixta del Guangzhou Gymnasium después de su prometedor estreno ante Túnez en el Mundial. Por más que él siempre haya querido ponerle buena cara a una recuperación durísima, y que hasta volviera al lugar de los hechos tomándose con humor aquel mal pasaje («buscando el ligamento que me dejé en esta cancha en agosto»), la terrible lesión de Sergio Llull en un amistoso jugado en Tenerife en plena preparación del Eurobasket 2017 ha pesado. Cuesta recuperar las piernas y luego, la confianza. Tal vez por eso su sonrisa cuando Sergio Scariolo le sustituyó en el minuto 33 del partido contra Túnez. Más que los 16 puntos y el buen día en el triple, era la sonrisa de quien siente que está reencontrándose consigo mismo.
n «Si hay alguien con dos mandarinas para salir adelante, y lo está haciendo, es Llull». Ricky Rubio sabe bien cuánto cuesta una recuperación así. En marzo de 2012, el base de El Masnou se rompió el ligamento cruzado de su rodilla izquierda en una defensa al límite a Kobe Bryant en un Lakers-Wolves. En Ricky, que vive estos días un estado dulcísimo y de plenitud como jugador de baloncesto,.