Develan escultura con versos de Efraín Huerta en Avenida Juárez

Como parte de las actividades que realiza la Secretaría de Cultura del DF para conmemorar el centenario del natalicio del poeta Efraín Huerta (1914-1982), hoy se develó una escultura de mármol que recrea un libro abierto sobre un facistol con versos de la obra “Avenida Juárez”.
En el acto, sobre Avenida Juárez, en el cruce con la calle de Iturbide, en el Centro Histórico, el poeta David Huerta, hijo de Efraín, destacó que su padre siempre fue un gran admirador de la pintura viva de Estados Unidos como se plasma en el poema.
Eduardo Vázquez Martín, secretario de Cultura de la Ciudad de México, mencionó que el llamado “Gran cocodrilo” fue un poeta que le habló a la ciudad, le cantó, la denunció, la amó apasionadamente y la caminó como pocos poetas. “Esta fue una de las avenidas que recorrió Huerta, aquí el poeta vio la ciudad, la reconoció y le supo dar las palabras precisas para reconocerla, entenderla, abrazarla. Hemos dicho también en estas celebraciones que la ciudad que amamos, la ciudad que conocemos, sería ilegible en gran medida, sin las palabras de Efraín Huerta”, precisó Vázquez Martín.
Agregó que “hemos querido dejar una huella que nos permita reconocernos y reunirnos alrededor de Efraín. Aquí donde su mirada reconoció a la ciudad, grabar en piedra algunos de sus versos, por eso estamos hoy celebrando que a partir de este momento, los miles y millones de personas que atraviesan por esta avenida se encontrarán con algunos versos de Huerta”. Efraín ha sido un poeta de los jóvenes y está llamado a ser el poeta de la juventud ahora, porque es un poeta rebelde, un poeta amoroso y un poeta comprometido con la ciudad y un poeta festivo, crítico y apasionado”, destacó el funcionario capitalino. Por su parte, el escultor Juan Manuel de la Rosa Lara dijo que es un artista plástico que no tuvo el poder de escribir una línea o una palabra “soy un poeta frustrado, pero para mí es un honor estar aquí”.
Recordó que en un trayecto por el bajío estuvo con Huerta y Alejandro Aura, y lo que hacía un joven a los 18 años de edad, siempre era callarse ante dos poetas de esa estatura y tratar de aprender.
“Pero le preguntaba a Efraín Huerta, de una manera muy ingenua, muy a la zacatecana, que de dónde eres y decía pues de Silao, pos donde”, comentó. Puntualizó que la obra escultórica es un pequeño homenaje en una piedra muy pequeñita, muy breve, casi como un poemínimo de Efraín Huerta, quien tuvo el don de hacer esos poemínimos que con pocas líneas decía más.
La pieza en mármol es una interpretación libre que parte de la idea de un libro sobre un facistol (atril grande donde se coloca el libro abierto), con dimensiones de alrededor de un metro de altura, 90 centímetros de ancho y 50 centímetros de fondo.

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