Qué pasará con las obras que se elaboren por medio de la Ley de Mecenazgo?. El cuestionamiento resultó ser una inquietud recurrente entre los asistentes al taller que el escritor regiomontano Felipe Montes y el diputado Jaime Prieto Pérez ofrecieron para hablar sobre la legislación. Los artistas expusieron su temor por el uso que el Estado le va a dar a sus creaciones, y la posibilidad de que —en el caso de obras plásticas— terminen adornando la casa de algún funcionario o arrumbadas en algún desván.
Prieto Pérez aseveró que todos los productos estarían protegidos cuando se apruebe la nueva Ley de Patrimonio Cultural (que se estudia en comisiones del Congreso local), además se comprometió a dialogar con la Secretaría de Cultura para que ésta pueda organizar exhibiciones con este acervo.
“Es un ejercicio que a todos nos conviene para fortalecer acciones de mecenazgo. No habría problema por parte del Gobierno del Estado, ya que tenemos edificios para hacer las exposiciones: Palacio de Gobierno, Palacio Legislativo, y más. Le daremos seguimiento y será el segundo paso”.
Otro tema que se debatió durante la charla fue la gran cantidad de disciplinas y rubros que cubrirá la Ley de Mecenazgo, algo que tendría que reglamentarse correctamente para que los recursos se distribuyan equitativamente.
El diputado priista señaló que desde el momento en que la ley contempla esa diversidad, la Secretaría también, “estamos preparados para ello, son personas que conocen. Tengo confianza en que va a ser un buen reglamento”.
Tras una hora de responder preguntas, el funcionario indicó que tenía un compromiso y dejó al escritor al frente del taller. Por parte de la Secretaría de Cultura no acudió ningún representante visible.
Entre la furia y la indiferencia
En entrevista, Felipe Montes señaló que notó que los 150 asistentes al curso estaban divididos en cuatro tipos de personas.
“Un grupo entre 30 y 40 personas muy activas y con mucha iniciativa que estoy seguro que en el primer año van a obtener mecenazgo; otro de unas 10 personas que estaban convirtiendo sus dudas en ataque o en furia; otro grupo de gente aparentemente indiferente, y otro de intermedios, que podrían ser escépticos pero están dispuestos a probar”.
A diferencia de Monterrey, que las personas tardaron muchos meses en solicitar un mecenazgo, el poeta subrayó que según lo que percibió de los jaliscienses esto no ocurrirá en el Estado, “seguro esta misma noche van a empezar a sondear, ya sea hacer llamadas o por lo menos hacer listas para ver quién puede ayudarles con esto”.
Montes aseguró que el objetivo que tenía con el taller se cumplió. Asimismo, dijo que la comunidad artística jalisciense está divida en dos grupos: los acostumbrados a becas y los que son independientes, “gente muy noble, muy interesada y que no va a permitir que el gobierno cometa algún error”.
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