Anel Carmona vive su sueño en Nueva York

En octubre de 2011, lue-go de concluir la Licenciatura en Artes Escénicas para la Expresión Teatral, en la Universidad de Guadalajara (UdeG), Anel Carmona (Guadalajara, 1989) viajó a Estados Unidos para continuar preparándose profesionalmente. Interesada en el teatro musical, su vida dio un giro cuando fue aceptada en el conservatorio de la American Musical and Dramatic Academy. Ya conocía Nueva York y se había enamorado de la magia de Broadway. Sólo tuvo que llenar las maletas y se lanzó a la aventura: el mundo la estaba esperando.
“Busqué mis opciones y decidí que si me iba a ir de Guadalajara, lo mejor era irme a un lugar donde pudiera tener una educación integral. Por eso decidí venirme a Nueva York hace tres años. Me gustó trabajar aquí. En lo que va del año he conseguido cuatro obras”.
La tapatía cuenta que cuando llegó a Nueva York se sorprendió por la gran cantidad de talento que vio en la ciudad. Observó que para destacar, los actores tenían que encontrar el elemento que los hacía únicos. Anel encontró esa cualidad en la pureza e inocencia que expresaba como persona y como actriz. La mayoría de los personajes que interpreta tienen un toque infantil, son los que muestran el camino del bien.
“Con competencia me refiero a la gran cantidad de talento que hay. Uno puede ser un buen artista, pero todos los demás aquí son buenos artistas también. Todo mundo que está en Nueva York, siendo un actor o cantante, es bueno. Esa fue mi primera impresión. Con el paso de los años uno se empieza a dar cuenta que lo importante no es la cantidad de talento, sino encontrar eso que te hace especial como artista y partir de ahí para poder trabajar”.
Confiesa que mientras en el teatro neoyorquino le costaría trabajo obtener el papel de femme fatale, debido a que por sus venas no corre sangre de Cleopatra ni se parece a Dita Von Teese, en Guadalajara no habría ningún problema.
“El tipo de entrenamiento que recibí en Nueva York fue muy diferente al de Guadalajara. En Guadalajara me entrenaron bajo la premisa de que si eres actor lo puedes hacer todo. Y como actor tú eres capaz de hacer de Lady Macbeth y de hacer la niña que es feliz. En las obras que hacíamos en la escuela los maestros intentaban darte el papel que más trabajo te iba a costar, el que menos se parecía a ti para que pudieras crear algo completamente diferente, cosa que acá no se trabaja de esa manera. Como acá hay tanta competencia y hay tantos actores que son capaces de hacer cosas más específicas, es ahí cuando tienes que encontrar para qué eres bueno, qué es lo que tú expresas como persona, no como actor, de manera que puedas ofrecer tu máximo potencial y así meterte en la industria”.
SABER MÁS
Anel Carmona estudió la licenciatura en Artes Escénicas para la Expresión Teatral en la Universidad de Guadalajara y pasó dos años en el Conservatorio en Teatro Musical de la American Musical and Dramatic Academy. Tiene 24 años. Habla inglés y francés (básico). Le gusta el yoga, la natación y el ciclismo. Ha participado en las obras de teatro La importancia de llamarse Ernesto, La Ópera de los tres centavos, La tiendita de los horrores, Heads or Tales, Le Cirque Magique, Have you tried sex too?, The True Colors of Weedle y Jesus Christ Superstar.
EL DATO
Teatro para americanos hecho por americanos
La actriz extraña la manera de hacer teatro en Guadalajara. Recuerda que durante una charla que sostuvo con un grupo de amigos, comentó que el teatro latinoamericano es muy diferente al neoyorquino, ya que éste se decanta en su mayoría por lo que se produce en su interior.
“Aquí se trabaja únicamente el realismo escrito por autores americanos. Los teatros están llenos de eso. Todo el teatro musical es realismo escrito por autores americanos o uno que otro inglés. Hay mucho teatro universal que se está trabajando constantemente en los países de Latinoamérica que aquí no se hace nunca. El teatro allá tiene muchas más tendencias de las corrientes europeas que aquí. Allá se trabaja mucho las técnicas del teatro del cuerpo, están más en la vanguardia en cuanto a corrientes teatrales, aunque suene ilógico”.
VOLVER A MÉXICO
A Anel le gustaría volver a México. Pero lo haría después de tener nuevas experiencias y nuevos conocimientos en Nueva York. Le gustaría regresar y ver qué posibilidades hay de realizar intercambios culturales entre Nueva York y Guadalajara.
CON VOCACIÓN
ALTRUISTA
Anel Carmona forma parte de R.Evolución Latina, una organización no gubernamental que se dedica a ayudar a la comunidad latina a través del arte. R.Evolución Latina fue creada por dos actores latinos que han trabajado en Broadway: Luis Salgado, que actualmente participa en Rocky, y Gabriela García, que durante 10 años fue capitana de danza de Chicago. Allí, Anel funge como voluntaria, reportera. Cada semana o mes entrevista a un artista y publica un artículo en el blog de la organización.
“Somos una organización que trabajamos para hacer una diferencia en la gente a partir de las artes. Queremos promover el arte para que la gente, y sobre todo la comunidad latina, encuentren su máximo potencial como persona y se pueda desarrollar de una mejor manera. Ofrecemos, completamente gratis, cursos de verano de artes escénicas para niños, talleres de profesionalización para jóvenes artistas, espectáculos para acercar el arte a la gente que no tiene tanto acceso a él”.
UN AÑO DE TRABAJO
Desde que terminó sus estudios en la American Musical and Dramatic Academy, en junio de 2013, Anel comenzó a trabajar. La primera obra en la que participó fue Have you tried sex too?, un espectáculo de canto y danza cuyos principales temas son el amor y el sexo. Como solista, Anel interpretó una canción tipo “bodeville” y también tuvo presencia en el cuerpo de baile y en los coros.
Después vino The True Colors of Weedle, una historia fantástica que trata indirectamente el tema del bullying. Anel explica que en ella se aborda la historia de un niño que nace sin color en un mundo lleno de colores. Al final de la travesía, el niño descubre quién es a pesar de la gente que lo discrimina. En ese espectáculo, Anel representa a una oruga que se convierte en amiga del niño y lo convence de que todos tenemos algo que nos hará cambiar.
La obra se presentó en bibliotecas públicas, escuelas y teatros.

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