NASA prepara un satélite para luchar contra el cambio climático

Un satélite de la NASA preparado para su lanzamiento el martes por la mañana podría revelar detalles sobre en qué lugares del mundo se libera a la atmósfera dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero ligado al cambio climático.
El proyecto de dos años y 465 millones de dólares, conocido como el Observatorio de Carbono en Órbita (OCO), también será capaz de apuntar dónde los bosques y océanos reabsorben el carbón atmosférico, un ciclo que es clave para la temperatura global.
Más de 50 años de mediciones muestran que cerca de la mitad del dióxido de carbono enviado a la atmósfera -por procesos naturales y por actividades humanas- termina siendo reabsorbido.
La proporción se ha mantenido medianamente constante a pesar de que el nivel total del gas ha crecido desde una concentración de 315 partículas por cada millón en los años de 1950 a 400 partículas por millón hoy en día, según estudios del Instituto Scripps de Oceanografía y la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional de Estados Unidos.
“Lo que es bastante destacable es que con el tiempo las plantas y el océano han absorbido la mitad de lo que hemos emitido, pero varía mucho cada año” , dijo el director del proyecto OCO, Ralph Basilio, durante una rueda de prensa antes de su lanzamiento.
“Entender qué controla esa variación es realmente crucial. Si podemos hacer eso hoy, puede que nos informe sobre lo que pasará en el futuro”, agregó.
El observatorio estará a 705 kilómetros por encima del planeta para que pase por el mismo punto de la Tierra cada 16 días, ofreciendo datos a los científicos sobre cómo los niveles de óxido de carbono cambian en semanas, meses o años.
“Los datos ayudarán a los que toman las decisiones a nivel local y federal, y estarán mejor equipados para entender el papel del dióxido de carbono en el cambio climático” , dijo Betsy Edwards, ejecutiva en la oficina central de la NASA en Washington, a los periodistas. En vista de que el área de observación es pequeña -cerca de tres kilómetros cuadrados- los científicos esperan poder apuntar a los principales emisores de carbono, aunque la vigilancia no está entre los objetivos de la misión. “En principio esperamos ser capaces de encontrar puntos donde las emisiones son mayores, comparadas con las de su alrededor, pero en realidad no se trata de una misión de mapeo. Es más una misión de muestreo”, dijo Basilio.
La NASA intentó lanzar el OCO en 2009, pero el satélite sufrió un accidente durante el lanzamiento. El Congreso aceptó financiar un repuesto, OCO-2, que tiene previsto despegar desde la base aérea militar de Vandenberg en California el martes por la mañana sobre un cohete United Launch Alliance Delta 2. El satélite fue construido por Orbital Sciences Corp.

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