Lo clásico; pidió prestado y no pagó

No pagó un préstamo que le hicieron supuestamente para atender a una tía, la cual estaba enferma, según ella, muy grave, y fue acusada penalmente ante el Agente del Ministerio Público, el cual integró y consignó la averiguación penal previa al Juez quien libró orden de aprehensión contra la presunta. Además quedó en claro, la supuesta tía no es tal, sino mamá de la sospechosa y lo de la enfermedad fue mentira.
Se trata de una mujer que engañó a otra asegurándole que su tía presentaba una enfermedad de alto costo y que necesitaba dinero, obtuvo varios miles de pesos que después se negó a pagar, por lo que fue encarcelada y a disposición de un Juez Penal.
La sospechosa es la comerciante Adriana N., de 42 años de edad, vecina de la zona centro del municipio de Tamazunchale, quien en respuesta a una orden de aprehensión del Juez Mixto de Primera Instancia de ese Distrito Judicial, ya se encuentra a su disposición. Según lo denunciado en su oportunidad por María Susana Jacobo, ante el representante social, fue en marzo de 2011 cuando la ahora indiciado fue a verla hasta su centro de trabajo en una clínica del ISSSTE.
Adriana llegó llorosa con María Susana y le dijo que su tía estaba muy grave y necesitaba dinero para su atención médica e incluso andaba vendiendo una camioneta.
Como María Susana sabía que dicha mujer era de solvencia económica buena, no tuvo empacho en facilitarle 10 mil pesos que sacó de su fondo de ahorro y otros 6 mil que reunió con sus hijos y se los entregó, bajó la promesa de devolverlos lo más pronto posible ya que de esta acción su esposo no había sido enterado. Pero además la ahora detenida le aseguró que tan pronto vendiera la camioneta le regresaba su dinero, pues ya tenía un comprador y en breve pensaba cerrar el trato.
Pero pasó el tiempo y al ver que no pagaba Adriana, la afectada se presentó a la tienda de abarrotes que creyó era de su deudora, y descubrió a la supuesta enferma a quien al cuestionarla, le aseguró que nunca había estado en cama y que la mujer que le había pedido el dinero no era su sobrina, sino su hija.
Fue presentada la denuncia, se libró luego la orden de aprehensión y un grupo de agentes de la Policía Ministerial del Estado se encargaron de darle cumplimiento.

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