Rigoberto Veloz dice que cuando aprendió la metodología teatral de Constantín Serguiévich Stanislavski pudo subirse a un escenario y dejar de lado las presiones, centrarse sólo en su personaje y disfrutar plenamente de su vivencia como actor.
Tras 20 años en el teatro, el hombre tratará de repasar lo estudiado con este método en un taller que el profesor Carlos Vázquez impartirá todos los sábados -a partir del 5 de julio- en un salón de la escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
‘El curso me ayuda a identificar mis deficiencias actorales, encontrarme con mis posibilidades, me ayuda a darme cuenta que he estado haciendo, cómo construyo mis personajes y que estaba haciendo mal, y cómo puedo retomar el camino para volver a construir mis personajes’, dice Veloz.
Carlos Vázquez, egresado como director escénico de la Unión Soviética, explica que el principal objetivo del taller de actuación Stanislavkiana es comunicar a los interesados la estética del realismo , ”el método de las acciones físicas.
Dotar a las personas para que tengan un mejor conocimiento y más herramientas para estar en el escenario”.
El investigador y estudioso del procedimiento desde 1987, subraya que su proceso va encaminado a aprender cómo trabajar una situación dramática verosímil en las condiciones de ficción, por lo que tratarán de acercar a ello a las personas que ya tienen algo de bases, y si es posible, al final del curso hacer un montaje con los resultados.
El maestro detalla que la técnica promueve el vínculo entre la mente y el cuerpo, ”la mente desde el punto de vista que aporta las sensaciones, el sentido y el significado de las palabras, si el cuerpo está bien vinculado, genera esa relación la palabra, la mente y el cuerpo”.
Vázquez indica que en Guadalajara no se utiliza mucho el método por la falta de información sobre él. Que aunque editoriales argentinas han publicado libros no les fue muy bien en respuesta, ”en la FIL a veces se pueden encontrar algunos.
Los primeros jaliscienses que estaban interesados en el método fueron a estudiar a México en los años cuarenta. En los sesenta había un libro que hablaba de la técnica. Cuando yo empecé el texto era muy difícil de conseguir”.
El director detalla que la metodología es muy estricta, académica y larga, pero que al final vale la pena porque se nota en el escenario cuando alguien la estudió, ”formar a una persona que sea capaz de compenetrarse con un personaje y generar una creación artística no es una cosa sencilla”.
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