La jerarquía de la iglesia católica consideró que «la República corrupta» en México ha hecho que la creación del Órgano Autónomo Anticorrupción «esté paralizado», luego de acusar que la Secretaría de la Función Pública «solapa» actos ilegales.
La iglesia califica que este proyecto electorero sucumbió ante la corrupción que se expresa con «el hermano incómodo beneficiado por el nepotismo, el desvío de recursos agenciados por el tráfico de influencias o el fraude millonario por la asignación de contratos sin licitaciones».
En México se atribuyó en 1996 el sobrenombre de «hermano incómodo» a Raúl Salinas de Gortari, hermano del ex presidente de la República, Carlos Salinas, acusado de enriquecimiento ilícito que le fincó la Procuraduría General de la República (PGR) durante el gobierno del ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000). El año pasado fue exonerado de esos cargos. La Arquidiócesis de México, encabezada por el cardenal Norberto Rivera, afirma que esos actos demostraron el lujo de impunidad, amparado en el inmoral abuso del poder afianzado en la malversación del dinero público.
En la misa dominical realizada en la Catedral Metropolitana, el cardenal Norberto Rivera encabezó las peticiones para que los ciudadanos de Brasil, sede de la Copa Mundial de fútbol, «encuentren la paz y la concordia, y recuperen el tejido social roto a causa del abandono y la corrupción».
Bajo el nombre de Corrupción, la jerarquía de la iglesia católica condenó en su editorial del semanario Desde la Fe, lo que denominó como el «deporte nacional» y que alcanza niveles «muy críticos, pudriendo estructuras enteras de gobierno».
Retoma que la reciente Encuesta de Calidad e Impacto Gubernamental, realizada por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) reveló que en 2012 los actos de corrupción costaron casi 1.5 billones de pesos.
«Nuestra idiosincrasia parece no entenderse sin la transa y el chanchullo. Mientras el ciudadano está indignado por la corrupción de la clase política, ve con buenos ojos los negocios turbios evasores de la legalidad para alcanzar beneficios bajo la creencia falsa de ser más astuto gracias al ingenio de la mordida, arreglos, regalos y componendas».
Dice que la creación de un órgano nacional fue al final un proyecto «electorero que taparon programas ineficaces, cuyos propósitos moral unos sucumbieron ante la corrupción.Acusa que el incumplimiento de la promesa de campaña «entraña la corrupción que traiciona.
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