Muchas personas suponen, erróneamente, que hipoplasia uterina e infertilidad son sinónimos, sin embargo, no siempre es así. Entonces, ¿en que casos puede embarazarse una mujer con matriz infantil y cómo debe cuidarse? A continuación lo conocerás. Escaso desarrollo del aparato reproductor femenino. Así como en la adolescencia las chicas notan que sus senos crecen y sus caderas se ensanchan, igualmente los genitales internos (útero y ovarios) cumplen su proceso de madurez, aunque no se aprecie a simple vista; sin embargo, en estos últimos el desarrollo puede verse limitado y causar disfunciones importantes.
Entre los 11 y 13 años de edad el cuerpo de la mujer adolescente empieza a experimentar cambios importantes, por ejemplo, aparece vello púbico y en las axilas, aumenta la estatura y el tamaño de senos y caderas. Asimismo, es común que se presente la primera menstruación o menarquia, lo cual indica que el útero o matriz ha adquirido la madurez necesaria para llevar a cabo un embarazo.
No obstante, el inicio de la vida reproductiva de la mujer puede verse retrasado, o definitivamente anulado, por diversas razones, siendo la principal un escaso desarrollo del aparato reproductor femenino (popularmente el problema recibe el nombre matriz infantil, en tanto los médicos lo reconocen como hipoplasia uterina).
Útero infantil: problema poco frecuente
El útero está formado por tres capas: la interna que lo recubre se llama endometrio, y es la que se desprende durante la menstruación y en la que anidan los óvulos fecundados; la media, miometrio, se compone de músculo liso y genera las contracciones durante el parto, y la más externa es una membrana serosa (provista de fluido transparente), perimetrio. De acuerdo con la Dra. Jessica Gómez García Cano, ginecóloga del Hospital de la Mujer, en la Ciudad de México, los casos de matriz infantil son poco comunes, y se presentan generalmente en mujeres que han sufrido desnutrición a lo largo de su vida.
“Otra causa es que desde la gestación del feto en el vientre materno los genitales femeninos internos no se forman de manera adecuada”; cuando esto sucede se dice que es un útero de tipo rudimentario, pudiendo provocar que ni siquiera se forme la cavidad uterina.
Por otra parte, si el desarrollo se ha detenido inmediatamente después del nacimiento se habla de útero fetal, el cual medirá no más de 4 centímetros cuando alcance su tamaño máximo. La estructura misma de este tipo de útero es diferente a la normal, ya que sus paredes musculares pueden ser demasiado delgadas (uterus membranaceus) e, incluso, el cuello del mismo sobresale muy poco en la vagina.
Ahora bien, si el crecimiento de este órgano se detiene en la infancia se denomina útero infantil, y apenas llegará a medir 5 centímetros (3 pertenecen al cuerpo y 2 al cuello). Cabe señalar que el útero tiene la forma de un triángulo o pera invertida, y en una chica cuyo desarrollo ha sido normal alcanza tamaño aproximado de 6 centímetros antes de su primer embarazo, pero conforme se presenten más gestaciones se incrementará unos cuantos milímetros.
Por otra parte, la falta de desarrollo suele no ser exclusivo del útero y afectar también a trompas y ovarios, razón por la cual la menstruación puede ser irregular; igualmente, la vagina es poco profunda, con paredes escasamente elásticas. A veces, los mismos caracteres sexuales secundarios (mamas y vello en el monte de Venus) son menos evidentes de lo normal.
Dificultad para
embarazarse
La Dra. Gómez García Cano indica que debido que en la infancia el útero no tiene utilidad alguna es muy difícil determinar su tamaño y saber si puede causar problemas más adelante. “Generalmente el diagnóstico se realiza al llegar a la adolescencia y no se presente la menarquia o bien, cuando estando en edad reproductiva haya intención de embarazarse y no se logre.
“El ginecólogo (médico especialista en salud femenina) se valdrá de diversos recursos para saber con exactitud la magnitud del problema. Por ejemplo, se empleará ultrasonido para conocer la dimensión del útero, además de hacer estudios de los niveles hormonales en la mujer, pues si éstos son bajos será causa de su desarrollo incompleto”.
Asimismo, el especialista puede hacer una histerescopía, procedimiento que consiste en introducir en el útero diminuta cámara de video que permitirá observar su interior; no obstante, deberá ser particularmente cauteloso al desarrollar esta maniobra, ya que el minúsculo espacio podría representar una dificultad en el momento de atravesar el orificio uterino interno, el cual comunica la cavidad del cuello con el resto del cuerpo; además, las paredes suelen ser extremadamente delgadas. A decir de la ginecóloga, puede igualmente considerarse la biopsia (muestra de tejido) para un diagnóstico concluyente, pues de esta forma suele conocerse la condición de las glándulas.
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