“La instalación de la antena número 66 en el Sitio de Operaciones del Conjunto representa la etapa final de la construcción de ALMA”, anunció hoy el director de este observatorio astronómico, el francés Pierre Cox.
ALMA, el mayor radiotelescopio del mundo, instalado en pleno desierto de Atacama (Chile), ya ha quedado completo tras la instalación de las últimas de sus antenas, que en un futuro permitirán escuchar el “origen del universo“.
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“La instalación de la antena número 66 en el Sitio de Operaciones del Conjunto representa la etapa final de la construcción de ALMA”, anunció hoy el director de este observatorio astronómico, el francés Pierre Cox.
El mayor radiotelescopio del mundo comenzó a construirse en el año 2003 en el Llano de Chajnantor, a 50 kilómetros de San Pedro de Atacama y a mil 500 kilómetros al norte de Santiago, en una zona que parece más la superficie lunar que un paisaje del planeta Tierra.
Su objetivo era poder ver el comienzo del Universo, hace unos 14 mil millones de años, de manera que los científicos pudieran comprender la física del Universo, cómo se expandió y cómo nacieron las estrellas y galaxias.
“En un hecho muy importante contar con esta antena que representa una potencia muy importante para los futuros descubrimientos”, destacó Cox en una conferencia de prensa con medios internacionales.
La totalidad de las antenas, instaladas a unos 5 mil metros de altura sobre el nivel del mar, entrarán en funcionamiento a fines de 2015, en el último ciclo de operaciones del observatorio, indicó.
ALMA escudriña el universo usando antenas que no funcionan como los telescopios ópticos tradicionales, sino como radiotelescopios, lo que les permite detectar las longitudes de onda milimétricas y submilimétricas, aproximadamente mil veces más largas que la luz visible.
La observación de estas largas longitudes de onda permite a los astrónomos estudiar objetos muy fríos en el espacio, como las densas nubes de polvo cósmico y gas donde se forman estrellas y planetas, así como objetos muy fríos en el universo primitivo.
Cox detalló que algunos de los grandes descubrimientos que puede lograr ALMA son el estudio de las condiciones químicas y físicas de las galaxias jóvenes, además de la formación de estrellas y planetas.
“Estamos orgullosos de haber alcanzado este importante hito para nuestro proyecto. Esto completa la entrega de sistemas tecnológicos de punta para su destino final”, resaltó el científico.
ALMA fue concebido en la década de los años 80 a partir de tres proyectos separados de europeos, norteamericanos y asiáticos que posteriormente confluyeron en uno solo.
Sus observaciones astronómicas comenzaron en la segunda mitad de 2011 con un tercio de su capacidad, si bien el observatorio fue inaugurado en marzo del año pasado por el entonces presidente de Chile, Sebastián Piñera.
Esa fecha marcó el fin del proceso de instalación de los sistemas principales de este gigante telescopio y su transición oficial de un proyecto en construcción a un observatorio en pleno funcionamiento.
Para la ubicación del Atacama Large Millimeter/Submillimeter Array (ALMA) se eligió el Llano de Chajnantor, donde el implacable sol del día se transforma en un frío insoportable durante la noche.
Al ser un área plana, seca, tranquila y con cielos limpios, el lugar reunía las características propicias para un proyecto de esta envergadura.
Además, la extrema sequedad permite esquivar uno de los principales obstáculos de la observación, el vapor de agua presente en la atmósfera, que absorbe la luz de las ondas milimétricas y submilimétricas y distorsiona las señales que llegan del espacio.
En la construcción de este complejo astronómico, que equivale a un telescopio de 14 kilómetros de diámetro con una resolución 100 veces mayor que la de cualquier otro conjunto de telescopios, finalmente se invirtieron mil 400 millones de dólares.