La crisis del modelo económico mexicano ha generado efectos nocivos entre la comunidad nacional, como la generación de familias disfuncionales, destacó en entrevista, tras los oficios de la eucaristía dominical del medio día en la Catedral Metropolitana, el vicario judicial de la curia arquidiocesana, Juan Carlos Sotelo Méndez.
Reconoció el peso de la crisis, manifestando que “ahora se tiene que hacer más esfuerzos para sostener a las familias, por lo que los padres y las madres tienen que realizar hasta dos trabajos, ante la carestía de la vida y la necesidad de solventar las necesidades de la familia. Tienen que hacer más esfuerzos.
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Destacó que el actual modelo económico ha dado al traste con los derechos humanos, porque todos –dijo–, debemos tener remuneraciones justas para cubrir las necesidades de la familia.
Renuente a la acostumbrada entrevista dominical, el vicario judicial, finalmente aceptó hablar sobre el Día del Padre en el entorno de la crisis económica, pero se negó, argumentando carecer de tiempo a atender las preguntas de los representantes de los medios de comunicación, respecto del denominado Caso Córdova Bautista.
Antes, luego de que el sacerdote católico ingresara a la sacristía, uno de los sacristanes intentó impedir el acceso de los periodistas, cerrando la puerta; no obstante los periodistas lograron ingresar, luego de que la representante del semanario diocesano La Red, se apersonara para solicitar el acceso.
Se preguntó al sacerdote Juan Carlos Sotelo, en efecto sobre el entorno de la celebración del Día del Padre, la crisis del modelo económico capitalista, y el efecto de la incapacidad del salario para atender la demanda de manutención de las familias y, además obliga a los padres, reducidos a meros proveedores de recursos, a realizar dobles jornadas de trabajo o a emplearse en dos trabajos diferentes para paliar la demanda de la manutención de la familia.
–Y no sólo eso –observó el presbítero Juan Carlos Sotelo–, la insuficiente economía familiar y la incapacidad del poder adquisitivo, orilla a las madres a trabajar, por lo que los hijos quedan solos gran parte del tiempo, sin el acompañamiento de sus padres, dando esto como resultado familias disfuncionales.
También observó la existencia de padres y madres solteros, separados o viudos que tienen a su cargo la responsabilidad de atender a los hijos, pero que, en muchas ocasiones carecen de tiempo de calidad para su atención, para convivir con ellos, para auxiliarlos en sus labores escolares y para guiarlos en la interacción social.
El sacerdote, creyendo satisfecha la pregunta, intentó evadirse, observando nerviosamente su reloj de pulso, sólo que una periodista ubicada precisamente en la puerta de salida a la Avenida Manuel José Othón, sin pretenderlo, se lo impidió, lo que permitió ahondar en el tema.
–¿Cree que el modelo político capitalista está descarnado? ¿Qué debiera humanizarse?
–Sí –respondió parcamente.
–¿Hay alguna propuesta de la Iglesia a ese respecto?
–Bueno –dijo–, creo que la propuesta de la Iglesia está en los Evangelios –respondió
–Pero, entonces, ni los políticos, ni los empresarios católicos se ajustan a los evangelios –se replicó.
El sacerdote declinó contestar.