Tres circunstancias diferentes, con un mismo destino y un mismo final.
El 25 de mayo pasado, un empresario recibió una llamada en la que sujetos le dijeron que tenían secuestrado a su primogénito, y lo amenazaron con matarlo si no accedía a llamar a personal del aeródromo de Atlixco, Puebla, para autorizar la partida de una aeronave.
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Más tarde, supo que el avión había partido y se enteró también que su hijo nunca había estado privado de la libertad, que estaba bien.
La denuncia fue presentada el 27 de mayo bajo el número 1127/2014. Según la averiguación previa, el pasado mes de febrero el empresario que presentó la denuncia adquirió la avioneta marca Beechcraft Super King Air en una subasta realizada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), y en el mes de mayo la nave le fue entregada.
Los reportes establecen que este robo fue el primero denunciado en Puebla, pero el cuarto en el país, pues también se dieron en Nuevo León, Durango, Coahuila y Chihuahua.
Ayer, según consignan medios de Puebla, la Interpol arribó al aeródromo local para investigar el hurto, luego de que el avión fuera derribado por una nave de combate al introducirse al espacio aéreo de Venezuela, en las inmediaciones del estado de Apure.
El 28 de mayo, el jefe del Comando Estratégico Operacional del Ejército venezolano, el generalVladimir Padrino López subió una foto con la leyenda: “Una vez más nuestra FANB hace respetar nuestra soberanía. Inutilizada aeronave King 300 al sureste de Bruzual, Apure”.
Hace seis días, el sábado 7 de junio, la empresa JetNet presentó una denuncia en Mérida, Yucatán, por el robo de una aeronave matrícula estadounidense N-770PJ.
Un día antes, el general Vladimir Padrino dio a conocer que dicha aeronave, matrícula coincidente, había sido derribada en Apure.
Medios locales establecieron que el avión partió del Aeropuerto Juan Guillermo Villasana, de Pachuca, Hidalgo, a las 19:28, y que descendió en Mérida poco después de las nueve de la noche. Tras llenar completamente el tanque, salió con dos tripulantes —piloto y copiloto— rumbo a Kaua (Chichén Itzá), pero el radar lo perdió luego de tres millas.
El diario El Nacional de Venezuela destacó que “fuentes de inteligencia señalaron que ese bimotor estaba en poder de operadores del cártel de Sinaloa, quienes desde finales de 2013 intentan sacar los cargamentos de cocaína almacenados en el estado venezolano fronterizo con Colombia”.
El 4 de noviembre de 2013 un avión con matrícula mexicana XBMGM que partió de Querétaro fue inmovilizado en Apure.
El jefe del Comando Estratégico Operacional del Ejército venezolano, el general Vladimir Padrino López, aseguró que el derribo ocurrió debido a que la aeronave, modelo Hawker 25, invadió el espacio aéreo del país. Al menos iban tres pasajeros en el avión.
Vladimir Padrino publicó en su cuenta de Twitter (@vladimirpadrino) que el “incursor aéreo” fue “inmovilizado” por la Aviación Militar Bolivariana (AMB) siete millas náuticas [13 kilómetros] al norte de Buena Vista del Meta, en el estado de Apure, cercano a la frontera con Colombia.
Dos días después, el presidente venezolano Nicolás Maduro justificó el ataque al Hawker mexicano bajo el argumento de que la legislación sobre el espacio aéreo venezolano así lo dispone.
En aquella declaración, el sucesor de Hugo Chávez dejó entrever que la nave realizaba misiones relacionadas con el crimen organizado.
Autoridades de Querétaro dieron a conocer el viernes 8 de noviembre que el avión hizo escala en dicha entidad procedente de Monterrey, Nuevo León, y que se dirigía a las Antillas Holandesas.
La situación provocó roces diplomáticos, pues el sábado 9 de noviembre el presidente Nicolás Maduro reprochó que el gobierno de México solicitara explicaciones sobre narcotraficantes.
El mandatario dijo que ese avión estaba full (lleno) de drogas y por ello le desconcertaba la solicitud de la Cancillería mexicana por conocer los hechos. “Que el Presidente mexicano sepa que estaban abogando por un avión que estaba full de cocaína”, expresó.
Para el lunes, el embajador venezolano en México, Hugo José García, se reunió con el canciller de México, José Antonio Meade, quien le pidió compartir la información con la que contaba.
Al respecto, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, afirmó: “Tenemos declaraciones, pero no tenemos esta información formal, quiénes son los pasajeros y si los tienen. Ellos dicen que cuando llegaron al lugar donde bajaron al avión, ya no había tripulantes”.
“El contenido, lo que trasladaba el avión, que también han sido declaraciones, queremos que se nos dé información basada en pruebas”, agregó. Nada se sabía de los pasajeros y tampoco existía alguna prueba del contenido del aparato.
El estado de Apure, colindante con Colombia, es el mismo destino de las tres aeronaves, todas destruidas por fuerzas armadas de Venezuela, y también en todos los casos el paradero de sus ocupantes es desconocido.