Por primera vez en la historia del Mundial, ni la presidenta del país anfitrión ni su homólogo de la FIFA, Joseph Blatter, ofrecieron un discurso en la apertura; Brasil vive tensión ante las protestas en contra de los gastos por la Copa.
Por primera vez en la historia de las Copas del Mundo, una ceremonia de inauguración no contó con los discursos oficiales, como ocurrió esta tarde en la de Brasil 2014, cuya duración de apenas 25 minutos.
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Se esperaba que tanto el presidente de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), el suizo Joseph Blatter, como su homóloga del país anfitrión, Dilma Rousseff, dieran la bienvenida a las 32 selecciones participantes en la justa, así como a los miles de aficionados.
Sin embargo, ninguno de ellos ofreció palabra alguna en el estadio Arena de Sao Paulo que lució con algunos asientos vacíos, mientras los artistas participantes en la esenificación se dieron prisa en terminarla, además de que sólo podía apreciarse correctamente por televisión.
Justo después del espectáculo en cuatro actos de la ceremonia de apertura, un locutor hizo un agradecimiento a los obreros que trabajaron para edificar los 12 estadios para la Copa, incluyendo a las familias de aquellos que perdieron la vida en accidentes durante su construcción.
Todo el estadio aplaudió, pero luego en la tribuna norte inició un coro de reclamos y abucheos a la presidenta de Brasil. La manifestación fue rápida pero lo suficientemente clara para alertar a los periodistas en la tribuna de los medios.
De acuerdo con TV Bandeirantes, al iniciar los reclamos, Rousseff había abandonado la tribuna que compartía con Blatter y otras autoridades.
Con el silencio en el palco de honor donde estaban instaladas las personalidades tanto de la FIFA como del país anfitrión, se llevó a cabo una gris inauguración de la justa mundialista, que dio la impresión de haber sido recortada.
Así, las declaraciones de Rousseff y del presidente de la FIFA fueron reemplazadas por la entrada en el campo de tres niños cargando palomas blancas, que fueron liberadas simbolizando el deseo de paz durante el mega evento.
Dilma asistió hoy al estadio Arena Corinthians con nueve jefes de Estado y el secretario general de la ONU, Ban Kim-Moon. Previo a ello, todos asistieron a un almuerzo ofrecido por Rousseff.
“Tenemos un modelo diferente en esta edición, con la Copa del Mundo siendo abierta por tres niños que llevarán palomas y las soltarán” explicó la jefa de prensa de la FIFA, Delia Fischer, durante la primera sesión informativa diaria con la prensa esta mañana en Itaquerão.
Debido a la situación de protestas y descontento en las calles de Brasil por los excesivos gastos para el evento internacional, existía la posibilidad de que los reclamos que han marcado los preparativos para la justa mundialista se trasladaran al interior del inmueble.
De ahí surgió el rumor de que tanto Blatter como Rousseff podrían haber sido abucheados durante sus discursos por algunos inconformes con las políticas del gobierno brasileño que pudieran encontrarse en el estadio, por ello la decisión de omitir este protocolo.