Mozart haría hoy música experimental: Lavista

El compositor mexicano Mario Lavista, que el sábado recibirá el Premio SGAE de la Música Iberoamericana Tomás Luis de Victoria, cree que Mozart, si hubiese nacido en nuestra época, estaría en “un laboratorio de música electrónica” experimentando las nuevas posibilidades.
Lavista recibirá el premio por “su relevante obra, profundamente arraigada en la identidad de su país y que contribuye a la creación de un lenguaje universal en la cultura iberoamericana”, según el jurado que el pasado noviembre le otorgó el galardón.
El Premio SGAE de la Música Iberoamericana Tomás Luis de Vitoria reconoce a un compositor vivo por haber contribuido sustancialmente al enriquecimiento del acervo musical de los pueblos iberoamericanos a través de su obra creativa.
En los últimos años, Lavista se ha interesado por explorar e investigar las nuevas posibilidades técnicas y expresivas que ofrecen los instrumentos tradicionales y es fundador del grupo de improvisación Quanta, que explora la creación e interpretación simultánea y la simbiosis que surge entre los acordes de la música en vivo y la electroacústica.
Lavista ha explicado, en una entrevista, que la música del siglo XX ha puesto “en tela de juicio” el sistema musical establecido en la sociedad occidental durante los siglos XVII, XVIII y XIX. “Nosotros, los compositores del siglo XX, hemos nacido con la incertidumbre del lenguaje, algo que no sucedía en tiempos de Mozart o Bach”, ha afirmado el maestro para quien, si Mozart -uno de sus mayores referentes- hubiera nacido en nuestra época, trabajaría en un “laboratorio de música electrónica”, experimentando las posibilidades de las nuevas técnicas modernas.
Por otro lado, Lavista confiesa que la aparición de este “nuevo lenguaje” ha distanciado al oyente de la música clásica contemporánea, convirtiéndola en un “arte superior”, solo valorado por un “pequeño grupo”.
Esto es algo que el maestro lamenta pero que también agradece, ya que si no la música clásica contemporánea podría convertirse en un “negocio” que mantendría a los compositores “sujetos al mercado”, teniendo que hacer lo que “les piden” y no lo que “ellos necesitan”.
En cualquier caso, “en una sociedad como la nuestra, consumista y sujeta al mercado”, ser compositor de música clásica le parece “una insensatez”, ya que considera que este género no tiene una verdadera demanda.
El maestro asegura que de haber podido, habría elegido ser compositor en la Edad Media, una época en la que la música clásica no se consideraba una “disciplina artística” sino una “disciplina del saber”, ya que en su opinión la música es “una fuente inagotable de conocimiento del ser humano y del mundo”.
El maestro Lavista sucede en el palmarés de honor al cubano Harold Gramatges (1996), al español Xavier Montsalvatge (1998), al peruano Celso Garrido-Lecca (2000) o al venezolano Alfredo del Mónaco (2002).

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