El DF, el peor enemigo de la vegetación

Realmente, hasta hoy, todo acto “modernizador” se fundamenta en la destrucción del entorno natural: árboles, plantas de toda clase y, desde luego, animales diversos, sucumben bajo la piqueta demoledora de lo nuevo. Para muchos es posible recordar a una ciudad capitalina llena de grandes árboles, vegetación estupenda y hasta los restos de ríos y lagos. Hoy es puro asfalto. Los postes sosteniendo multitud de cables mantienen a las pocas aves que restan. Avenidas, calles, periféricos, ejes, segundos pisos son tajos en el rostro de un hermoso valle del que sólo quedan nostálgicas fotografías y pinturas antiguas.
En los años recientes, entre Marcelo y Mancera han eliminado más vegetación que todos los anteriores jefes de gobierno. Ayer anunciaron que tirarían 650 árboles de la L-6 para construir el Metrobús. Marcelo juraba que por cada árbol derribado sembraba él solito unos cinco mil y no se cansaba. Mancera es deportista y lo muestra corriendo todos los días maratones y carreras de cinco mil metros con obstáculos (debe saltar autos). En sus ratos de ocio, se pone los guantes y boxea con Romo; ignoro cuándo trabaja.
En el Bosque de Tlalpan los vecinos hemos luchado por décadas para conservar esa Área Natural Protegida, impidiendo que las sucesivas administraciones políticas, de diversos signos partidistas, se lo acaben con su infinita demagogia. Desde 2011, se logró que se elaborara un Programa de Manejo para ese Bosque y, en la Gaceta donde se publicó, se estableció que debería de pasar a la Secretaría de Medio Ambiente para su administración que en ese entonces llevaba a cabo la delegación de Tlalpan. Pasaron tres años para que se pudiera hacer efectiva esa transferencia después de resultados catastróficos. Durante ese tiempo, ante la falta de claridad de quién era el responsable de su administración, nadie hacía nada y entonces, la proliferación de puestos, el desorden administrativo, la basura, las carreras sin ton ni son, las plagas de la vegetación, lograron mayor deterioro a sus ecosistemas. Y por supuesto, no se ha iniciado la instrumentación de su órgano rector que es el Programa de Manejo. Ahora, que está en manos de la Secretaría de Medio Ambiente, que teóricamente debe conocer mejor el manejo de un área natural protegida, los responsables que ni siquiera han leído dicho programa, ya lo quieren modificar y además constituir un consejo ciudadano, cuando desde 2011 existe un Consejo Asesor (único en ese entonces en todo el país), constituido por ciudadanos, académicos y funcionarios de la delegación de Tlalpan y de la Secretaría de Medio Ambiente.
Por añadidura, los policías a caballo ocasionan grave deterioro ambiental al bosque. Hay que buscar formas adecuadas de reforzar la seguridad y debe fortalecerse el manejo ecológico del bosque con personal calificado. En un Área Natural Protegida, no se pueden privilegiar los aspectos deportivos, como anunció la secretaria Müller. El Bosque de Tlalpan no es un salón de usos múltiples, donde un día hay un reciclotón y otro un Mercado del Trueque que lo contamina con 20 toneladas de residuos.
Debe privilegiarse la instrumentación de su Programa de Manejo en donde exista una actividad deportiva que respete la naturaleza. No dudo, estoy seguro que no fue una acertada decisión que pasara a manos de la Secretaría de Medio Ambiente, parece que su bisoña titular sabe de medio ambiente lo que yo de chino. Nada.
En todo caso, sigue la política de Mancera: correr, abrir brechas y todo a costa de la vegetación, como si no hubiera soluciones inteligentes y gentiles con el medio ambiente. Las acciones frívolas, acordes con la forma de trabajo de Mancera, han prevalecido y ahora se ensañan con el Bosque de Tlalpan, cada vez más degradado.
Combatir la pobreza y divertir al mismo tiempo
Cuando Rosario Robles era una arrogante guerrillera perredista que trabajaba como altísima funcionaria del DF, la visitamos un grupo de vecinos para pedirle ayuda: nuestra delegación, Tlalpan, se deterioraba visiblemente bajo el mando de su amigo El Pino. A ella nos envió, luego de una conversación amable, Cuauhtémoc Cárdenas, jefe del gobierno capitalino. Nos recibió a regañadientes y luego de escucharnos, con voz gritona dijo que no toleraría “campañitas” contra su partido, el PRD. No hubo diálogo, las quejas fueron al basurero. Salimos derrotados y yo comencé a dudar de la sinceridad y decencia de aquellos por los que había votado. Lo siguiente lo he narrado en innumerables artículos y conferencias.
Han pasado muchos años de ese momento en que fuimos groseramente regañados por Rosario Robles. En mi fraccionamiento, por cierto, no ha vuelto a ganar una elección el PRD. La célebre “izquierdista” se vio involucrada en un escándalo mayúsculo y bien conocido y dejó “su partido”. Soportó, ciertamente con dignidad, el despido y como muchos hábiles políticos logró superar la crisis y ahora está, en el PRI, junto al presidente Enrique Peña Nieto. Imagino que si voy a quejarme ante ella por la pobreza de mi rumbo me dirá algo semejante: “Campañitas contra mi partido no, el PRI”.Lo asombroso es el cambio operado en su persona. Acabo de escucharla en una entrevista, luego de saber que la Cruzada contra el Hambre arrancó con un soberbio fiestón en el costoso Auditorio Nacional y de la entrega de uniformes para el ejército de portadores de recursos que serán destinados a paliar la miseria. El costo total, según datos mediáticos, fue de 114 millones en la vestimenta y unos diez millones en el pago del concierto, donde tocaron La Gusana Ciega, Ruido Rosa, Ely Guerra y DLD. Esto es, hay que celebrar con gastos excesivos la batalla contra el hambre.
Entrevistada Rosario Robles, me llamó la atención su discurso sentimental. Habló como si fuera Sara García dirigiéndose a Pedro Infante o la madre Teresa de Calcuta a cualquier indigente. Decía cosas como la emoción que le producían las “caritas agradecidas” de los niños que recibían comida y de lo felices que se ponían aquellos a los que les entregaban cobijas. La combativa mujer que de la nada llegó a jefa del DF y que luego, nuevamente de la nada, se hizo secretaria de Sedesol, y muy cercana al Presidente de la República, ha modificado su discurso y manera de actuar. No más el lenguaje duro de los opositores de antaño, ahora es dulce y gentil en su trato.
Sin embargo, no deja de llamar la atención que el PRI, para iniciar su portentosa Cruzada contra el Hambre, requiera festejos costosos. Pudo haber encontrado otro medio menos escandaloso y elegante, acorde a la miseria del país.
Finalmente, está visto que los partidos, aquí o en España, abrazan las mismas causas, las propias, y que eso que alguna vez llamamos ideología no existe más. Los mexicanos hemos optado por repartir dádivas, limosnas, en lugar de crear fuentes de trabajo, exigirle a los muchos multimillonarios que inviertan, creen empresas necesarias en lugar de rogarle a los ricos extranjeros que vengan a invertir. El Teletón ha triunfado. Pidamos a la sociedad dinero para que el Estado dé comida a los más necesitados.

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