Aficionados mexicanos invaden Natal

El debut de México en el
Mundial será inolvida
ble para miles de mexicanos que poco a poco empiezan a llegar a la Ciudad de Natal.
La invasión Tricolor se intensificó, ya que los aviones que llegan de las ciudades importantes de Brasil vienen repletos de aficionados de la Selección Mexicana.
En un vuelo de Sao Paulo a Natal, el color verde predominó. Las camisas del Tri por todos lados, los sombreros de charro. La gente empieza a ponerle el toque azteca a la casa donde el Tri hará su debut en el Mundial contra Camerún.
Aficionados de todas partes del país. De Michoacán, del DF, de Jalisco, de Queretaro, de Nuevo León, todos unidos por México.
Así, a dos días de que empiece la nueva aventura del Tri, Miguel Herrera puede tener la certeza que el Estadio das Dunas estará lleno de mexicanos, que ya se están concentrado en la ciudad.
Familia sacrifica todo para apoyar al Tri
Cumplir el sueño de estar en un Mundial y apoyar a México puede llevar muchos sacrificios, pero existen personas que no se detienen ante ese deseo y la familia Da Silva se aventuró a hacerlo y ahora vive en carne propia la emoción de la Copa del Mundo.
La señora Lucien da Silva, su hija Lucien y su hijo Joao Roberto lograron cristalizar el sueño, y para ello tuvieron que dejar parte de su vida en México como el trabajo y la escuela. La madre de la familia siempre había tenido la espina enterrada de estar presente en un Mundial y por eso no perdió esta oportunidad.
“Estoy feliz de estar en Brasil. Este es mi primer Mundial y estoy muy emocionada. Hasta ahora ha sido una experiencia inolvidable”, señaló la mamá de la familia. En tanto Lucien (hija) lleva el futbol en sus venas, por eso no lo pensó dos veces, y lo relata como un momento único en su vida.
“Es un sentimiento indescriptible. Uno cuando lo ve en la tele se emociona, pero estar en un país que no es el nuestro y escuchar a gente ajena de tu país apoyando a México es una sensación increíble, se me pone la piel chinita cada dos segundos”, explicó Lucien.
Mientras que el pequeño de 10 años, no piensa en otra cosa que no sea en una pelota y tener enfrente la oportunidad de apoyar al Tri en un Mundial es lo mejor que le ha sucedido. “Siento muchísima emoción de estar aquí, es lo máximo que me ha pasado, porque además estoy con toda mi familia”, dijo el menor de los Da Silva. Los Da Silva se encuentran tan entusiasmados de estar en tierras brasileñas que ya decidieron quedarse por tiempo indefinido.

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