Inmunodeficiencias primarias en niños; conoce sus síntomas

Si tu hijo sufre infecciones frecuentes, podría deberse a alteraciones genéticas. ¡Conoce los síntomas de las inmunodeficiencias primarias, y protégelo!
Alteraciones genéticas
A diario nos enteramos de infantes que presentan algún resfriado, un cuadro de diarrea o tos. Sin embargo, pocas veces escuchamos hablar de inmunodeficiencias primarias en niños, alteraciones genéticas (afectan a hombres y mujeres por igual) que a menudo se ocultan detrás de muchas infecciones.
Las inmunodeficiencias primarias (IDP) conforman un grupo de más de 200 trastornos que se caracterizan porque el sistema de defensas no cumple sus funciones de manera adecuada, lo que a su vez se origina en los genes de la persona (especialmente en células y proteínas).
Según la Organización Internacional de Pacientes con Inmunodeficiencias Primarias (con sede en el Reino Unido), aproximadamente 1 de cada 2,000 individuos es diagnosticado con una IDP, lo cual sucede con mayor frecuencia durante la infancia (aunque también pueden identificarse en la edad adulta). Por ello, no es extraño que los pacientes falten constantemente a la escuela, pues son niños con infecciones frecuentes.
Es importante señalar que aunque algunas son menos comunes o más graves que otras, existe un rasgo que todas comparten: no son contagiosas ni están relacionadas con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (Sida), es decir, se trata de condiciones que afectan al sistema inmune pero con diferente origen, pues como recordarás, el sida se transmite al entrar en contacto con el virus del VIH.
Niños con sistema inmunológico debilitado
Debido a que su sistema de defensas no lo protege, un pequeño con estas alteraciones genéticas tiene mayores probabilidades de sufrir infecciones (causadas por bacterias, hongos o virus) que otros niños, las cuales suelen ser:
Más comunes de lo habitual.
Particularmente graves o difíciles de curar.
Provocadas por microorganismos inusuales.
Imprevistas, ocurren en cualquier momento.
Para orientar a los padres de familia sobre el tema, especialistas de distintas organizaciones, como la Fundación Mexicana para Niñ@s con Inmunodeficiencias (Fumeni) o la mencionada Organización Internacional de Pacientes con Inmunodeficiencias Primarias, han identificado señales que pueden constituir alguno de los síntomas de las inmunodeficiencias primarias en niños, y son:
Ocho o más infecciones de oído (otitis) en un año o más de dos que supuren.
Dos o más infecciones de senos paranasales (sinusitis) en un año.
Dos o más infecciones en los pulmones (neumonías) en un año.
Dos o más infecciones graves causadas por gérmenes poco comunes.
Dos o más meses tomando antibióticos con pocos resultados.
Aparición de secuelas y/o complicaciones debidas a las infecciones.
El niño no aumenta de peso ni crece normalmente.
Abscesos recurrentes en la piel.
Muguet o manchas blancas y/o aftas persistentes en la boca o la piel.
Necesidad de antibióticos inyectados (intravenosos) para aliviar las infecciones.
Complicaciones secundarias a la aplicación de vacunas vivas. Antecedentes familiares de infecciones recurrentes, inmunodeficiencias o muertes tempranas por causa desconocida o infecciosa.
Diagnóstico y tratamiento de inmunodeficiencias primarias
Se calcula que más de 200 mil personas en México viven con alguna inmunodeficiencia primaria, sin embargo, muchos casos no se detectan porque carecen de síntomas específicos, así que los especialistas en el tema (inmunólogos) consideran que esta cifra podría variar.
El hecho de que se trate de una condición hereditaria facilita en muchos casos el diagnóstico, es decir, si alguno de los padres la presenta, probablemente está familiarizado con el problema.
En cualquier caso, los niños con infecciones frecuentes que requieren una recuperación prolongada, deben recibir atención médica oportuna para descartar o confirmar alteraciones genéticas que originen alguna IDP.
Si el médico sospecha que puede tratarse de una inmunodeficiencia primaria, solicitará una serie de pruebas específicas, por ejemplo, estudios de la sangre (hematológicos) y anticuerpos (niveles de inmunoglobulinas).
El diagnóstico temprano, así como un tratamiento oportuno para enfermedades infecciosas y autoinmunitarias en niños es esencial para prevenir futuras infecciones que pongan en peligro la función de algún órgano e, incluso, la vida.
¿Cómo ayudar a un niño con inmunodeficiencia primaria?
Una vez confirmada la inmunodeficiencia primaria, tanto el niño como su familia deben trabajar en conjunto para aprender a convivir con la afección y, sobre todo, jamás deben olvidar que este diagnóstico no significa que el pequeño estará enfermo todos los días. Por el contrario, la mayoría de niños con sistema inmunológico debilitado pueden jugar, asistir a la escuela y socializar de manera normal si se apegan a la terapia médica indicada.
Además de que existen diferentes tratamientos para los síntomas autoinmunes (la inmunoglobulina intravenosa es uno de ellos), los especialistas también recomiendan a los padres que el niño practique hábitos saludables en todo momento, pues éstos suelen mejorar los resultados de la terapia y, por supuesto, su calidad de vida.