El especialista del Instituto de Geofísica de la UNAM, Jaime Urrutia Fucugauchi, indicó que ya está comprobado que la nube de polvo que generó el impacto de un meteoro en esta región hace más de 65 millones de años permaneció entre 12 y 18 meses suspendida en la atmósfera terrestre.
Entrevistado por Notimex luego de presidir la inauguración del Museo del Cráter de Chicxulub en esta ciudad, expuso que hasta hace algunos años se presumía que efectivamente tras el impacto se había generado una nube de polvo gigantesca que prácticamente cubrió toda la Tierra.
Sin embargo, no se sabía cuánto tiempo pudieron haber permanecido suspendidas esas partículas de polvo y ahora con las nuevas tecnologías disponibles se ha comprobado que el planeta pudo haber permanecido cubierto por una gran nube de polvo por más de 18 meses, indicó.
“Todavía falta detallar cuánto fue el tiempo exacto que pudo durar ésta, pero tras usar modelos de computadoras y emulaciones numéricas, se sugiere que duró de 12 a 18 meses, un año y medio más o menos”, reiteró.
Se puede decir, continuó, que hoy tenemos mayor información sobre el cráter y se pudo documentar la duración de este periodo al que se le conoce como “periodo frío” y cuáles fueron los efectos, así como lo que pasó después, en el “periodo de calor”, una vez que la nube se disipó.
“Tras el periodo frío, vino una etapa de calentamiento del planeta que fue de largo plazo y sin duda ambos acontecimientos dieron un giro radical a la vida sobre la tierra”, abundó el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Urrutia Fucugauchi reconoció que aún quedan dudas importantes que resolver, por ejemplo precisar si fue un asteroide o un meteoro lo que impactó la Tierra y sobre todo conocer el patrón de acontecimientos del hecho para tratar de saber qué probabilidades hay de otro hecho similar.
Asteroide condrítico
De igual modo, comentó que los trabajos de perforación realizados en la zona de impacto, aquí en Yucatán, indican que lo más probable es que se tratara de un asteroide de tipo “condrítico”, que son aquellos caracterizados por estar formados con diversas esferas milimétricas de minerales.
Por esa razón, los trabajos de exploración realizados en suelo yucateco han generado un gran número de publicaciones científicas en varios países e idiomas con resultados interesantes para comprender mejor la formación del cráter y las estructuras geofísicas que existían en esta zona antes del impacto, precisó. “Como se puede observar conforme se revelan ciertos misterios del cráter surgen nuevas preguntas y esa es una de las partes que ha hecho más atractivo el trabajo científico en torno a este acontecimiento y a las excavaciones en Yucatán”, abundó.
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