Por Eduardo R. Sánchez
Los dineros mundiales son de unos cuantos y cuando a un país le falta, le presta al otro. Si un país le sobra dinero, el otro aprieta para equilibrar.
Esa es la regla general, para estabilizar los mercados mundiales y crear continuidad económica con cierto control. Pero cuando observas la misma acción en varios países, entonces uno debe preocuparse porque quiere decir que el futuro se ve negro.
México siempre ha tenido problemas de inflación, es decir, de exceso de dinero. Imprimen más dinero, del que pueden soportar con su economía o con metales preciosos.
Pero la semana pasada el Banco de México dio una importante noticia que dejó a todos con la boca abierta. Resulta que el gobierno bajo las tasas de interés medio punto porcentual, de 3.5 a 3%, lo que quiere decir que las cosas andan muy lentas en México.
Cuando el gobierno quiere recoger el dinero, entonces sube las tasas de interés. Cuando quiere que la gente invierta, entonces baja las tasas de interés.
Si el gobierno desea que la gente consuma, invierta y que el dinero este circulando, entonces se toma una decisión como la que se dio.
Digamos que aquí la cosa esta normal. Lo que no es normal, es que México lleva una década de un mínimo crecimiento y un aumento considerable en el precio de productos básicos como pan, huevos, leche etc.
Esto quiere decir que México no está generando riqueza y que la gente cada día puede comprar menos con un peso. Lo peor de todo es que Estados Unidos tampoco se encuentra en una posición cómoda y de crecimiento, lo que impacta negativamente a México porque es su principal socio comercial. Así las cosas en México.
No cabe duda que cada vez más, la mejor opción es irse al campo, comprar un pedazo de tierra y cultivar lo que uno se va a comer. Cavar un pozo de agua, poner una fosa séptica y esperar que cuando las cosas se pongan peor, al menos ya tenemos almacenado algo de comida y tendremos una cabra o vaca lechera.