Imagínese que de su tema favorito le depositen la pieza más emblemática”. Una obra en torno a la que, además, se ha construido un “halo social y mediático muy especial”. Así describe la investigadora María Olvido Moreno el compromiso profesional y personal que implicó estudiar durante tres años la pieza de plumaria mexicana más importante del mundo mesoamericano: El Penacho de Moctezuma.
Para la investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, quien desde 1982 se ha dedicado al estudio de arte plumario y ha aprendido incluso las técnicas de reconocidos maestros amantecas, el trabajo que realizó junto al equipo de especialistas de México y Austria que en 2010 fueron comisionados para develar los enigmas de la pieza que se exhibe en el Museo del Mundo (antes Etnológico) de Viena, representó “un mundo maravilloso de aprendizaje”. Y es que, la última vez que la pieza había sido intervenida fue a principios del siglo XX, cuando después de la Primera Guerra Mundial Austria lo prestó para una magna exposición en Zúrich.
Así, de 2010 a 2012, con modernas tecnologías y métodos no invasivos, el equipo de expertos de ambos países logró descifrar la manufactura original de la pieza, recopiló información histórica inédita y otros datos que ofrecen una “reseña” más clara de su vida por casi cinco siglos.
¿Cuál era su aspecto original? ¿Era la corona de Moctezuma II? ¿Cómo llegó a Europa? Algunas de esas dudas fueron resueltas con esta investigación que ahora llega a la televisión a través del documental El Penacho de Moctezuma. Plumaria del México Antiguo. La producción, realizada por Jaime Kuri y basado en la investigación de María Olvido Moreno, se estrena hoy a las 22 horas por TV UNAM.
El documental es como “un libro abierto”, aseveró en entrevista la restauradora. La información científica y los testimonios de diversos especialistas del mundo prehispánico, de arte plumario y de restauración lo convierten en un valioso material de consulta, además de que ayudará a “mitigar la falsa información, los mitos y las verdades a medias que durante décadas se han difundido por todos los medios sobre el penacho de Moctezuma”.
Una de los mitos resueltos, relató la investigadora, es que el penacho no es un copilli o corona, como se había considerado hasta ahora. “Es un quetzalapanecáyotl. Se ha dicho que es el copilli o corona de Moctezuma, pero los gobernantes mexicas no se coronaban con penachos. El penacho era una insignia de alto rango, que era usado por sacerdotes y gobernantes en ocasiones especiales, pero no es la corona”, explicó.
Otro de los aportes de esta investigación es que se logró identificar los cambios físicos que la pieza sufrió después de una restauración, a finales del siglo XIX. “En su manufactura original estuvo hecho para ser manipulada, eso se perdió en una restauración que lo puso rígido, como hoy lo conocemos”, explicó Moreno, cuya colaboradora principal en Austria fue la restauradora alemana Melanie Korn. ¿Era de Moctezuma? Esa sigue siendo una pregunta sin resolver. “Hay muchas líneas de investigación abiertas. Nadie puede afirmar que perteneció a Moctezuma porque su historia documentada empieza en 1596.
Copyright ©️ 2024 El Heraldo de San Luis Potosí. De no existir previa autorización, queda expresamente prohibida la publicación, retransmisión, edición y cualquier otro uso de los contenidos.