El efecto de Cal Química de México sobre la cadena montañosa de la Sierra de Álvarez es devastador, en la medida en que ha generado la contaminación del suelo, el agua y el aire, afectado la población arbórea, reducido al borde de la extinción a la flora y fauna endémicas de la región, subrayó ayer el presidente del Comité de Defensa de la Sierra de Álvarez, Isaías Zárate.
La contaminación por cal se ha traducido en la desaparición de la zona de animales y aves, como el armadillo, la pantera negra, el venado cola blanca, la zorra, la rata de campo o tuza, entre otros; así mismo, entre las aves, han desaparecido el águila, el gavilán, el halcón peregrino y un amplio abanico de aves canoras.
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Isaías Zárate destacó que, como consecuencia de la polución por cal y las explosiones de la empresa Cal Química de México, se han extinguido diversas variedades de cactáceas endémicas, la flora en general y se han afectado poblaciones arbóreas.
Las cales, los gases y los metales desprendidos de la explotación y las explosiones han derivado la contaminación del aire, el suelo y el agua en la región, mermando sensiblemente la salud de los habitantes en las inmediaciones.
Reveló que en los tiempos de lluvia, las sustancias químicas son arrastradas a las cavernas en donde, incluso, corre un importante río subterráneo. “La situación es tan compleja –dijo—que el agua de las norias ha dejado se servir para el consumo humano y animal, e incluso, es inservible para la agricultura”.
Y es que en las inmediaciones de la planta –dijo–, existen muchos “sumideros”. Una de las cavernas por donde corre un río subterráneo se encontraba ayer bloqueda por una importante cantidad de desperdicios, entre los que enumeró llantas de automóviles, plásticos y otros materiales que la gente va dejando sobre la carretera o tras sus excursiones a la Sierra de Álvarez.