“Cuelgo las plumas de inmediato”, aseguró el autor sinaloense, aunque dudó que eso suceda, o por lo menos no mientras él viva .
El novelista mexicano Élmer Mendoza dijo hoy que dejará de escribir cuando en México desaparezca la violencia y el narcotráfico, un momento que no cree que vaya a llegar, o por lo menos no mientras él viva.
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Ese día “dejo de escribir (…), cuelgo las plumas de inmediato”, prometió Mendoza en una entrevista, en la que aseguró que ve casi imposible el fin del narcotráfico en México.
“Es un negocio que da estabilidad al país. Ahí hay demasiadas fuerzas involucradas, hay intereses muy fuertes y mientras tengamos un mercado ávido, mientras los gringos no resuelvan su problema, que es un problema médico, siempre habrá mexicanos que les resuelvan el tema de las sustancias”, apuntó.
Sobre la situación política de México, Mendoza (Culiacán, 1949) señaló que sus gobernantes “no tienen muy claro hacia dónde quieren ir, están dando puntapiés”.
“Me gustaría que los políticos analizaran la situación y tomaran las decisiones en el camino correcto. En México hay muchos expertos que saben y que los pueden consultar para tomar acciones y que consigan que el país vaya por la ruta que nos conviene”, afirmó.
Mendoza también habló de su último libro, “El misterio de la orquídea calavera“, una nueva serie que llega tras su exitosa saga del detective Edgar “el Zurdo” Mendieta.
Esta vez nos cuenta la historia del “Capi” Garay, un joven de 18 años que siendo “un chico que no sobresale por nada, no hace nada que lo haga notable”, tiene que enfrentarse al secuestro de su padre por un grupo de delincuentes con los que tendrá que negociar.
Con este personaje, el escritor ha querido acercarse a los miles de jóvenes en México que no tienen esperanzas, ni planes, ni motivaciones y simplemente se dedican a ver la vida pasar.
“Me inspiré en unos 30 millones de jóvenes que no saben qué quieren. Conozco muchísimos que no saben por qué están aquí, no saben en qué país viven, que viven al día”, apuntó Mendoza, premio Tusquets de Novela 2007 por “Balas de plata”.
En el transcurso de la historia, el Capi se dará cuenta “de quién es él”, de “cuáles son sus debilidades” y hará “todo lo posible por superarlas”, contó Mendoza, quien añadió que tiene al menos tres novelas preparadas para esta saga.
Junto con la historia de este joven perdido, el autor intercala la de Edward James, un millonario escocés que en los años cuarenta viajó a México para cumplir un sueño: construir en medio de la selva un jardín surrealista lleno de estatuas de piedra y unas pozas en la ciudad de Xilitla (San Luis Potosí).
“Hizo piezas que correspondían a sus sueños y eso es una hazaña por el dinero que invirtió y porque no tuvo miedo de enfrentar la realización de unas piezas que a nadie le interesaban”, aseveró.
Pese a que las historias que narra Mendoza en sus novelas podrían leerse cualquier día en los periódicos mexicanos, el escritor comentó que no se inspira en las noticias para escribir sus libros.
“Sí en lo que recuerdo, en lo que puedo inventar y al final se parece muchísimo a la realidad y se confunde con la realidad muy fácilmente”, dijo el escritor oriundo del estado de Sinaloa, uno de los más castigados del país en los últimos años por el narcotráfico.
“Aunque soy un autor realista, casi nunca parto de la realidad, de una realidad concreta. Parto de muchas realidades y a veces hasta interrogo personas y me dan algunas pistas que utilizo con total libertad”, explicó.
Mendoza es considerado uno de los principales exponentes en México de la “narcoliteratura” surgida en las últimas décadas, un género muy popular y exitoso que ha sido criticado por algunos porque da una mala imagen del país.
En su opinión, hablar de temas como el narcotráfico o la violencia es “absolutamente positivo”.
“No podemos tapar el sol con un dedo” y “existen testimonios de que cuando los delitos se hacen públicos, se denuncian, y la Policía tiene que resolverlos, aparecen cada vez menos hasta que se consigue erradicarlos completamente”, indicó.
Por ello, dijo el escritor, quizás a veces y “sin pretenderlo demasiado” escribe para que esto ocurra, para dar con sus libros “esa visión de que se está persiguiendo un país mejor”.