Mucha gente cree que al beber gran cantidad de agua podrá deshacerse de los kilos de más. Esta tendencia ha sido fortalecida por la publicidad, pero lejos de ayudar puede tener graves consecuencias a la salud, máxime cuando se combina con dietas restrictivas.
Hiponatremia, consecuencia nefasta de dietas milagro
La inglesa Jacqueline Henson, de 40 años de edad y preocupada por adelgazar en forma acelerada, decidió seguir el régimen lighter life o “dieta del agua”, el cual recomienda beber cuatro litros del vital líquido en 24 horas y seguir dieta de 530 calorías diarias.
Sin embargo, ella decidió consumir dicha cantidad de agua en menos de dos horas; en consecuencia, sufrió edema cerebral (incremento de agua en el tejido neuronal) que le causó un colapso y, pocas horas después, la muerte.
Al declarar en la investigación sobre el fallecimiento, su marido indicó que “ella se había realizado chequeo completo antes de comenzar la dieta y estaba muy bien. Le habían dicho que cuanta más agua tomara más adelgazaría, pero como siempre tenía mucho que hacer en el trabajo, la tomó toda junta”.
“Al ingerir dicho líquido en exceso se producen trastornos de gravedad considerable, como hiponatremia, que causa edema o inflamación por acumulación de agua en las células”, refiere la Dra. Silvia Sevilla Hernández, especialista en Nutriología Clínica.
Lo que le ocurre al organismo
Para que nuestro organismo funcione de manera adecuada necesita mantener equilibrio eléctrico regulado por la presencia, en determinadas cantidades, de ciertos compuestos químicos, por ejemplo, el sodio.
Éste es uno de los elementos vitales para el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Agua y electrolitos (sustancias que al disolverse en el agua de las células se rompen en pequeñas partículas que transportan cargas eléctricas) se mueven en forma conjunta; por tanto, el exceso del vital líquido rompe tal equilibrio.
“Si bien la capacidad del organismo para manejar el líquido es muy eficiente, tomar agua en grandes cantidades puede sobrepasar esta regulación y causar hiponatremia.
Este trastorno se define como insuficiencia de sodio en sangre, pues para procesar los fluidos en exceso, el organismo tiene que desprenderse de dicho mineral en cantidades mayores a las saludables”, explica la especialista.
La hiponatremia impide el funcionamiento normal del cerebro, músculos, órganos y metabolismo, lo que puede ocasionar náuseas, dolor de cabeza, convulsiones y coma.
Cuidado con las dietas milagro. En el afán de seguir una “vida saludable y bajar de peso”, o porque la modas y comerciales así lo promueven, cada vez más personas consumen más agua de la que su organismo necesita, pensando en que este líquido, “por ser natural”, no hace daño.
De hecho, ciertas estadísticas nos demuestran que México es el segundo consumidor de agua embotellada a nivel mundial, con 17 mil 700 millones de litros al año.
Aunque es indudable que el consumo del vital líquido nos aporta múltiples beneficios, es muy importante equilibrar su consumo y, sobre todo, tener presente que las dietas “mágicas” que a diario aparecen y garantizan la obtención de figura esbelta con sólo beber mucha agua, carecen de sustento médico.
Tal es el caso del lighter life, que ha causado furor entre los habitantes de Reino Unido y ya cobró su primera víctima.
Lo más sorprendente es que se anuncia en cierta página web como dieta equilibrada, sana y saludable que permitirá bajar los kilos acumulados en forma rápida con el consumo diario de cuatro litros de agua y 530 calorías (provenientes de productos que comercializa una empresa).
Lo recomendable
Como promedio se deben beber dos litros del vital líquido al día, lo cual depende de varios factores, como la temperatura ambiente, práctica de ejercicio físico y edad. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la cantidad mencionada al menos un litro debe ser de agua natural, pues el resto se obtiene de los siguientes alimentos: caldos, sopas, leche, jugos, fruta, verduras, café y té. Sólo si el nivel de actividad es fuerte y el clima caluroso, podrá excederse el consumo.
Por otra parte, se recomienda que el líquido se tome en pequeñas porciones durante el día, aproximadamente 30 mililitros, de lo contrario el organismo se ve obligado a excretar mayor porcentaje de minerales.
Todo lo anterior, desde luego, no significa que deba evitar el agua, sino únicamente que modere su consumo y sólo le aporte a su organismo la cantidad que le permita realizar todas sus funciones (dos litros a lo largo del día). Tome en cuenta que el vital líquido actúa como “cojín” y protege órganos importantes del cuerpo, lubrica articulaciones, mantiene húmedos los ojos a través del parpadeo y es constituyente de la piel, a la que mantiene suave, evitando que se reseque y se agriete.
Por si fuera poco, también sirve para conservar la temperatura normal del cuerpo, es de gran importancia para que el cerebro funcione correctamente y contribuye al trabajo adecuado de los pulmones.
Además, es necesaria para ingerir alimentos y forma 90% del plasma sanguíneo.
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