Los cerebros de dos personas se pueden conectar

La conexión emocional que de manera eventual experimentan dos personas al desarrollar juntas una idea creativa o al compartir un baile o un acto amoroso va más allá de una sensación, es una interacción real. 

El cerebro es capaz de extender sus conexiones más allá de su propio sistema para funcionar junto con el de otro individuo, siempre que exista una identificación en el campo afectivo, intelectual o social.

“Es una interacción real entre los cerebros de ambos individuos”, reveló el estudio de expertos del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Sistemas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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En un comunicado, la máxima casa de estudios señaló que la conexión emocional que de manera eventual experimentan dos personas al desarrollar juntas una idea creativa o al compartir un baile o un acto amoroso va más allá de una sensación, es una interacción real.

La UNAM detalló que con un modelo computacional propio, Tom Froese, David Rosenblueth y Carlos Gershenson, del Laboratorio de Sistemas Auto-organizados de esa entidad, se dieron a la tarea de comprobar que el cerebro humano no actúa aislado.

Froese, maestro en ciencias computacionales y doctor en ciencias cognitivas, explicó que “los humanos somos seres biológicos, sociales y culturales”.

Además, explicó, “aprendemos y avanzamos siempre con el uso de la retroalimentación con el medio exterior y con los otros sujetos. Una forma de ir de un área a otra es mediante la interacción, que va desde lo celular hasta lo cultural”.

De acuerdo con el modelo teórico, basado en matemáticas y computación, no hay misterios en el hecho de compartir la mente, precisó el especialista.

“Creamos un modelo de simulación computacional en el que dos agentes corporales coordinan su interacción entre ellos”, dijo.

Añadió que cuando se analizaron los cerebros artificiales de los agentes involucrados en el experimento “descubrimos que formaron un sistema unificado de dinámica neural”.

Asimismo, apuntó, “esos órganos ahora exhibían propiedades más complejas, que hubiese sido imposible que emergieran en el de un agente en aislamiento”.