Esquivel ahonda en la adversidad y lucha de una mujer

La escritora mexicana Laura Esquivel (1950) aseguró este día, que desde el inicio de su carrera ha buscado “ofrecerle a los lectores una escritura de la manera más simple, clara y sencilla”.
En conferencia de prensa, ofrecida en su casa editorial, precisó que no es periodista, profesión a la que dijo respetar y admirar, sino que viene de una formación teatral. “Por eso toda mi literatura tiene una estructura dramática”.
Al referirse a su nueva novela, “A Lupita le gustaba planchar”, dejó ver que la pregunta que ese formuló fue: “¿Cómo mostrar a los lectores la enfermedad emocional del personaje?”. Y en la claridad y sencillez encontró la respuesta.
Para alcanzar el objetivo, confió a quienes la escucharon hoy, “dejo ver al lector qué le gusta hacer al personaje, qué significado tiene para ella planchar, qué le dicen las arrugas y cuál es el placer que encuentra en cada cosa que ella hace”.
El proyecto, que llegó a la etapa de promoción de esa nueva entrega, inició hace 10 años, informó la autora, quien de nueva cuenta mira hacia los orígenes del país, en sus aspectos culturales y sociales, y en las secuelas de la Conquista.
En el libro, Esquivel narra las vicisitudes de la vida de una mujer policía en la Ciudad de México, que perdió un hijo, fue abandonada por el marido, es alcohólica, y pese a todas esas desgracias, trata de sacar su existencia adelante.
El asesinato del delegado político en Iztapalapa, unos días antes de iniciar los festejos de la Semana Mayor en el Cerro de la Estrella, es el pretexto para dar inicio a la narración.
La mujer policía se encontraba ahí, frente al delegado.
Fue testigo del instante en que algo se le clavó en el cuello quitándole la vida, pero ella no entendió qué fue lo que pasó, cómo no se dio cuenta de dónde llegó el ataque, cómo es que no recuerda de qué forma fue agredida la víctima.
Sin embargo, ella no se quiere quedar con dudas porque estaba ahí y se asume pieza clave del misterio, pero también desea encontrar la verdad porque le tenía aprecio al delegado y porque ya está harta de la impunidad en la ciudad.
Se trata, sin embargo, de mujer policía que intenta curarse de su alcoholismo mientras desempeña su labor diaria, enmarcada en la primera aproximación de la autora a la novela negra, presentada con una cierta dosis de humor negro.
La novela intenta ser parábola moral de la sociedad, recuento permeado por la corrupción y la muerte, y llega a la crítica social. Esquivel aclaró: en un capítulo dice que el personaje “se autocomplace”, perdón, debía decir se “autocompadece”.

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