La manufactura de tapices de la localidad francesa de Beauvais, de la que han partido encargos reales y para la alta burguesía, conmemora sus más de tres siglos de historia con una exposición en la que obras clásicas se contraponen con otras más contemporáneas.
Más de 90 tapices, diseñados por artistas tan diversos como el iniciador del fauvismo Henri Matisse o el pintor rococó François Boucher, homenajean no solo a los creadores de los cartones que servían como modelo, sino también a los tejedores que contribuyeron de forma más anónima al resultado final.
“Los tejedores han pasado de ser unos técnicos que se limitaban a copiar a establecer un verdadero diálogo, de artista a artista, con los diseñadores de las plantillas” , explica a Efe Gérald Remy, comisario de la exhibición “Beauvais. 350 años. Retratos de una manufactura” .
La muestra se podrá visitar hasta el 24 de agosto en esta ciudad de la región de Picardía conocida por su aeropuerto de aerolíneas de bajo coste, pero que también cuenta con el peso histórico de la segunda manufactura de tapices más importante de Francia, después de la de los Gobelinos en París, y cuya seña de identidad es la técnica del bajo lizo.
Creada en 1664 por orden del rey Luis XIV, la fábrica tuvo en un inicio encargos reales, por ejemplo, para hacer regalos diplomáticos, así como de miembros de la nobleza y de la alta burguesía, mientras que en la actualidad toda su producción se destina a la decoración de edificios gubernamentales y embajadas.
La exposición recorre los más de 350 años de existencia a través de una selección de obras que no se agrupan cronológicamente, sino siguiendo como hilo temático las etapas de la vida.
El itinerario se inicia con tapices que recrean los juegos de la infancia, tanto con el estilo más clásico del pintor del rey Luis XIV Florentin Damoiselet (1644-1690) como con el realismo fotográfico diseñado por el contemporáneo Eric Sandillon.
Los descubrimientos de la adolescencia se reflejan a través de obras que evocan la naturaleza, como un tapiz de Matisse (1869-1954) protagonizado por palomas y elementos florales, y los primeros amores, observados desde el prisma de los pintores del siglo XVIII, François Boucher (1703-1770) y François Giuseppe Casanova (1727-1803) .
Para los tejedores, esta etapa vital es un periodo formativo, en el que maestros cartoneros como Jean Démosthène Gugourc (1749-1825) o Jacques Louis de La Hamayde (1780-1860) se convierten en verdaderos referentes, como se refleja en la muestra.
Otro de los temas más presentes es la guerra, que trastocó la vida de la manufactura en numerosas ocasiones, cuando la mayoría de los hombres tenían que acudir al frente, hasta que en 1940 un bombardeo destruyó completamente el edificio.
Los talleres fueron trasladados a París y Beauvais quedó huérfano de su fábrica hasta que en 1989 los tejedores volvieron a esta localidad para instalarse en un antiguo matadero, que se reformó para acogerles. La exhibición concluye evocando “la edad de la razón” , cuando los artistas logran su madurez artística y expresan su propia mirada sobre el mundo, con obras más líricas como el delicado tapiz en tonos plateados, con algunos bordados, “Fenêtre sur cour” , diseñado en 2011 por Monique Frydman y Frédéric Ruyant.
Muy cerca de la Galería Nacional de la Tapicería, que alberga la exposición, se encuentra la manufactura de la que provienen todas las obras y en la que una docena de artesanos trabajan sobre creaciones contemporáneas.
Sus modelos ya no son solo cartones, sino que se basan también en fotografías, óleos o incluso bordados, para no poner límites a la creación artística, relata Remy.
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