Francisco invita a Peres y Abbas a un rezo por la paz

En el segundo día de su gira por Medio Oriente, el papa Francisco invitó hoy en Belén al presidente israelí Shimon Peres y al presidente palestino Mahmoud Abbas a orar por la paz en el Vaticano.
«Deseo invitar al presidente Abbas y al presidente Peres para que juntos elevemos a Dios una oración intensa por la paz. Ofrezco mi casa, el Vaticano, para ese encuentro», propuso el Papa, tras la misa celebrada en la Plaza del Pesebre de Belén. «Construir la paz es difícil, pero vivir sin paz es un tormento. Todos los hombres y todas las mujeres de esta tierra y del mundo entero nos piden que roguemos a Dios por su ardiente aspiración de paz», agregó. La invitación del Papa es un importante gesto a favor de la paz en Medio Oriente.
El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, confirmó que se trata de una invitación formal a los líderes para hablar de paz «en un sentido religioso» y dijo que la intención es que este encuentro pueda ocurrir pronto. Francisco llegó esta mañana a Belén, segunda etapa de su visita a Tierra Santa, donde se reunió con el presidente palestino Abbas.
De camino a la Plaza del Pesebre y en un acontecimiento que no estaba previsto en la agenda oficial, Jorge Bergo-glio sorprendió a todos al descender del papamóvil que lo trasladaba para rezar ante el «muro de la vergüenza», que separa Belén del Estado de Israel.
El Papa estuvo cinco minutos en silencio, tocó su cabeza frente al muro y, sin decir ninguna palabra, continuó su trayecto.
Al llegar a la Plaza del Pesebre fue recibido con alegría por los fieles, que ven la visita el Papa no solamente como un llamado a la paz entre judíos y musulmanes, sino también como una señal de apoyo a los cristianos de Belén.
Durante la oración del «Regina Coeli», el Sumo Pontífice anunció su deseo de regresar pronto a Tierra Santa para visitar los lugares cristianos de Galilea, en particular Nazaret, que no formarán parte de esta peregrinación.
Tras oficiar la misa, el Papa se retiró a orar en privado en la gruta donde se sitúa el pesebre del nacimiento del niño Jesús, para más tarde visitar un campo de refugiados.