IRRESPONSABLES.- Entre quienes resultaron afectados por la intempestiva bajada de agua por el río Santiago, durante la tormenta del último sábado que azotó a esta Capital potosina, existe la inquebrantable certeza de que algún irresponsable empleado abrió las compuertas de la presa de San José para desalojar el agua que seguramente debió haberse acumulado en forma impresionante en ese embalse y en cuestión de minutos. Es la segunda ocasión en que esto sucede, pues algo semejante ocurrió el año pasado, cuando una familia también resultó atrapada en su automóvil, durante una tormenta semejante, y salvaron la vida exactamente de milagro.
ROLLOS.- El hecho de que súbitamente rodara un impresionante caudal de agua por el Bulevar del Río Santiago, demuestra que es puro rollo demagógico eso de la preparación en materia de protección civil en el Estado para salvaguardar a las poblaciones que se encuentran en las márgenes de los ríos, a causa de la potencia y número de huracanes que se han pronosticado. Se trata de un discurso verdaderamente criminal, porque lo sucedido en unos minutos durante el atardecer del sábado demuestra que aquellas acciones en materia de protección civil son un cascarón hueco.
DESTITUCIÓN.- Quienes sufrieron las consecuencias de la irresponsabilidad en el manejo de las crecientes de agua en la cuenca de la presa de San José y del Bulevar del Río Santiago, así como la ciudadanía que es cada vez más exigente en materia del gobierno de las instituciones públicas, demandan ahora que las autoridades corran sin derecho siquiera a indemnización a quienes hayan sido culpables de los daños materiales y de la amenaza de que familias y personas pudieran haberse ahogado en esa zona. Lamentablemente, así como operan nuestras autoridades parece que tendrá que haber víctimas de estos eventos climáticos y de incapacidad para manejar embalses, a efecto de lograr acciones más radicales.
PRUEBA.- A partir de hoy el alcalde Mario García Valdez tendrá que frotar a cada instante sus dedos por entre las cuentas del Rosario, a fin de pedir a las potencias más grandes del universo que las obras en Avenida Muñoz resulten exitosas. La tormenta del sábado debe ser anuncio de lo que las portentosas fuerzas de la naturaleza pueden causar en esta ciudad. Y si ese elemento no ha sido calculado, ya veremos el caos vial y los lodazales que ocasionará la temporada de huracanes, que anuncia la visita de 23 de esos poderosos meteoros.
AFECTADO.- Uno de los sitios que más afectaciones sufrió a consecuencia de la intempestiva crecida de agua en el embalse del Río Santiago fue el edificio del Ceepac, pues resultó inundada la planta baja. Después de una inspección en el sitio se recomendaron acciones para impedir que suceda de nuevo algo semejante, así como desazolve de los registros y limpieza general. Después deberá verificarse el sistema eléctrico y el sellado del cableado, fijar testigos de movimiento en la bodega, que constituye una zona de riesgo, pues se aprecia un desplazamiento de la estructura.
VIGILANCIA.- Gracias a las gestiones de Enrique Galindo Ceballos, Comisionado General de la Policía Federal, habrá más seguridad en muchos municipios potosinos que se han visto afectados negativamente por la operación de grupos criminales. A decir de quien también aspira a obtener la postulación del PRI a la gubernatura del Estado, aunque no les guste oírlo a quienes han detentado la hegemonía política en los últimos lustros, dispuso de “un importante despliegue de elementos” en las zonas Huasteca y Altiplano.
GALINDO.- Enrique Galindo Ceballos ordenó un desplazamiento de 340 policías federales para los municipios de Tamazunchale, Ciudad Valles y Matehuala. Es interesante notar que en el comunicado de prensa de este aspirante a la gubernatura, hay suficiente cuidado al enfatizar que “estas acciones obedecen a la retroalimentación que tiene con varios presidentes municipales de San Luis Potosí, luego de que ha estado en contacto con varios de ellos y le han expresado su preocupación y la necesidad de tomar medidas al respecto.” Que lea quien tenga ojos para leer. Y quien no, que siga en la ignorancia.
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