Varicocele, “várices” en testículos que causan infertilidad

Si tienes entre 15 y 25 años, a menudo padeces estreñimiento o permaneces largas horas de pie, corres el riesgo de sufrir varicocele, trastorno que puede llegar a causarte molestias durante la actividad sexual o, peor aún, convertirse en causa de infertilidad masculina. Conoce más sobre esta enfermedad que suele aparecer en 15 a 20% de los varones después de la pubertad.
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Menos espermatozoides por várices que aumentan la temperatura
Cuando las válvulas dentro de las venas ubicadas a lo largo del cordón espermático presentan alguna anomalía obstruyen el flujo de sangre y ocasionan que ésta se acumule. Como resultado, las venas se dilatan y elevan la temperatura en el interior del escroto, lo que reduce la producción de espermatozoides en el testículo del mismo lado.
Así surge el varicocele, el cual parece una masa blanda, generalmente indolora, que se sitúa por encima del testículo. Se presenta comúnmente en hombres entre los 15 y 25 años de edad, sobre todo en el testículo izquierdo, cuya vena espermática desemboca en la vena renal izquierda, en vez de en la vena cava, como hace la derecha, lo cual favorece la circulación sanguínea.
Asimismo, esta afección ocurre más en jóvenes que:
Padecen estreñimiento constantemente.
Sufren várices en piernas.
Deben permanecer de pie por tiempo prolongado.
La razón es que estas condiciones elevan el riesgo de que el paciente presente menor elasticidad de las paredes venosas espermáticas, las cuales se dilatan por la presión interna de la sangre.
Infertilidad masculina, síntoma de varicocele
Debido a que regularmente este trastorno no presenta síntomas, suele diagnosticarse cuando el paciente acude al médico por otro motivo, por ejemplo, al sospechar que sufre problemas de infertilidad.
Sin embargo, las siguientes señales pueden advertir su formación, por lo que debes tomarlas en cuenta:
Dolor en el testículo, especialmente cuando estás de pie.
Retortijones o pesadez del escroto al final del día, que se agrava en días de intenso calor.
Molestias durante la actividad sexual.
Aumento del tamaño del escroto (el testículo sano se percibe pequeño respecto a la glándula afectada).
Problemas de infertilidad.
¿Cómo se diagnostica el varicocele?
Durante la exploración física el médico revisará la zona inguinal, incluyendo escroto y testículos mientras estás recostado. Posteriormente te pedirá que te pongas de pie y aumentes la presión dentro del abdomen para observar cómo fluye la sangre; así, buscará una masa retorcida e insensible (como una bolsa con gusanos) a lo largo del cordón espermático, señal de que existe varicocele.
En algunos casos, una ecografía (prueba que emplea ondas acústicas para observar el flujo sanguíneo) facilita la evaluación más exhaustiva del área.
Dependiendo de cuán dilatada esté la vena afectada, el varicocele puede ser pequeño, mediano o grande, aunque es importante subrayar que el tamaño no expresa el grado de alteración funcional que produce esta enfermedad.
Varicocele, ¿motivo de alarma?
La mayoría de las veces, estas várices no son trastorno grave, es decir, no provoca ninguna molestia ni son motivo de preocupación. A menudo, el uso de un pantaloncillo ajustado o de soporte escrotal (suspensorio) brinda alivio a la incomodidad y evita que el paciente requiera tratamiento adicional.
Sin embargo, cada caso evoluciona de distinta forma, por lo que con el paso de los años el varicocele puede causar la infertilidad masculina, ya que al reducir el número de espermatozoides y su movilidad, obstaculiza embarazar a la pareja.
En este caso el médico puede recurrir a varicocelectomía, procedimiento (ambulatorio) para ligar o cortar las venas afectadas, que habitualmente permite al paciente regresar a casa el mismo día.
Después de la intervención se presenta mejoría en la calidad del semen en gran número de casos (hasta 80%), lo que significa mayores posibilidades (de 30 a 60%) de que el varón consiga embarazar a su pareja.
Es importante señalar que el objetivo de la operación es preservar o mejorar la capacidad de reproducción, y en la mayoría de casos mientras más joven sea el paciente, más rápida será su recuperación.
Otro tratamiento implica hacer pequeña incisión que no requiere sutura, para insertar un objeto que bloquee directamente una vena y disminuya el excesivo flujo de sangre.
Varicocele secundario
Finalmente debes saber que cuando el problema aparece súbitamente en la edad madura en el testículo derecho (se oculta al tenderse el enfermo), se habla de varicocele secundario y puede sospecharse la presencia de una tumoración renal, ya que el trastorno se convierte en síntoma precoz de dicha afección.

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