Sangre mexicana al gabinete de Obama

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, nombró ayer al alcalde de San Antonio, Texas Julián Castro, como nuevo secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, en lo que algunos ven como un guiño hacia un electorado hispano descontento ante la falta de avances en el frente migratorio y deseoso de tener a uno de los suyos en la Casa Blanca.

De 39 años, Castro, nacido en San Antonio, pertenece a la segunda generación de inmigrantes del estado de Coahuila que encarna el sueño americano. Ayer, ese sueño lo colocaba en el gabinete presidencial y, por defecto, en las cábalas de quienes incluso lo ven como el retrato hablado del primer presidente de Estados Unidos con raíces hispanas o mexicanas en un futuro no muy lejano.

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“Julián Castro no ha olvidado de dónde viene. Su abuela, que llegó a este país desde México, trabajó como empleada doméstica, cocinera y niñera. Hizo de todo para ofrecerle un techo a su familia”, aseguró Obama al rendir homenaje a la mujer que viajó desde el pequeño pueblo donde vivía hasta EU y que gracias a ello permitió a Julián hacer realidad su sueño americano.

“Julián ha vivido el sueño americano. Y es precisamente porque ha vivido el sueño americano que se matará a trabajar para asegurarse de que más personas pueden realizar el mismo camino y ganarse sus propios sueños”, dijo Obama en español. Ese sueño americano que en la Convención Nacional Demócrata de 2012 el propio Castro describiera como una “carrera de relevos” en la que muchas “familias no siempre cruzan la meta en el trascurso de una generación. Pero cada generación le pasa a la siguiente los frutos de su trabajo”.

Castro se ha convertido no sólo en una estrella emergente en el seno del Partido Demócrata, donde incluso hay quien lo ve como posible contrincante —o compañero de fórmula— de la ex secretaria de Estado Hillary Clinton en la carrera presidencial de 2016, sino que, además, ha dejado tras de sí una de las más brillantes trayectorias como alcalde de San Antonio, Texas, una ciudad considerada modelo por su desarrollo urbanístico y sus programas de vivienda. Obama puso acento en ello, diciendo que durante su mandato, Julián se concentró “en revitalizar una de nuestras ciudades más maravillosas (…) convirtiéndose en un líder en vivienda y desarrollo económico”.

Castro se declaró “bendecido” por la oportunidad. Y subrayó: “No he llegado solo. Lo he hecho sobre los hombros de quienes, antes que yo, trabajaron muy duro para que yo pudiera hacer realidad mi sueño”.

La designación de Julián Castro, quien deberá sortear su confirmación en el Senado, contó con la asistencia de Joaquín Castro, congresista por Texas y hermano gemelo de Julián. Ambos estuvieron acompañados por su madre Rosie Castro, una de las más aguerridas y reconocidas líderes del movimiento chicano que inculcó en sus hijos el orgullo y la defensa de la comunidad hispana desde la organización La Raza Unida.

También estuvieron presentes en el acto, los miembros del caucus hispano en el Congreso y la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Desde que Obama lo eligió como el orador estelar en la Convención Demócrata de 2012 en Charlotte, Carolina del Norte, los ojos de la tribu demócrata consideraron a Julián Castro como una firme promesa.

De hecho, tras su discurso, no pocos empezaron a llamarlo el “Obama mexicano” o el “Obama latino”, comparando su historia con la del actual mandatario, quien sorprendió como orador principal de la Convención Demócrata de Boston en 2004. Además, al igual que Obama, Julián es hijo de una mujer que luchó por sacarlo adelante a él y a su hermano Joaquín y estudió en la misma Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard en la que estuvo el presidente.

Sin embargo, los republicanos cuestionaron la gestión de Castro. El presidente del Partido Republicano, Reince Priebus, denunció que durante su mandato en la ciudad de San Antonio se han “malgastado fondos”.

Analistas, en tanto, temen que la carrera de Castro termine eclipsada. “Vamos a ver si no es absorbido por esta cultura de gestión de la Casa Blanca que lo controla todo”, dijo la comentarista Ana Navarro.

Por lo pronto, el consejo municipal de San Antonio deberá elegir a un alcalde interino hasta las elecciones de 2015, cuando se conocerá el nombre de quien sucederá a Castro en el cargo.