Los candidatos a la presidencia de Colombia agotaron en el último debate televisado sus argumentos para convencer a los votantes de cara a las elecciones del domingo pero sin novedades en las propuestas, reflejo de lo que ha sido esta campaña.
Los cinco aspirantes comparecieron a un debate del Canal Caracol en el que expresaron su posición frente al proceso de paz, hablaron de manera superficial de la actualidad nacional, de economía, seguridad ciudadana, desigualdad social y relaciones exteriores.
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Esta vez, la “guerra sucia” que ha caracterizado la campaña del candidato-presidente Juan Manuel Santos, y de su principal opositor, Óscar Iván Zuluaga, fue tocada de manera superficial, pero la izquierdista Clara López les lanzó un dardo al comienzo del debate.
“Quienes hacen la guerra sucia electoral no se han ganado el derecho a gobernar, no son los capacitados para hacer el cambio que Colombia está reclamando y mucho menos para conseguir la paz para nuestro país”, afirmó la candidata del Polo Democrático Alternativo.
Al igual que en el primer debate, celebrado la noche del jueves, el proceso de paz con la guerrilla de las FARC, que se lleva a cabo en La Habana desde noviembre de 2012, acaparó parte de la discusión pero careció de intensidad por el formato utilizado, con las mismas preguntas para todos y sin que se cuestionaran directamente los candidatos.
“Apoyamos el proceso de paz de corazón, pero este proceso debe ser una política de Estado y tristemente se ha convertido en bandera de reelección, lo que le ha restado fuerza”, López.
Su crítica fue directa a Santos, quien se defendió diciendo que nunca ha dicho que él sea “indispensable para lograr la paz”, pero apuntó que en un asunto tan serio no se puede improvisar.
Los otros tres aspirantes, Enrique Peñalosa, de la Alianza Verde; Zuluaga, del movimiento opositor Centro Democrático, liderado por el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), y Marta Lucía Ramírez, del Partido Conservador, secundaron en sus críticas a López.
“Es una vergüenza que el candidato Santos nos diga que la paz solo se puede lograr si lo reeligen”, expresó Peñalosa, mientras Ramírez dijo que “se le quiere hacer creer al país que la paz depende del presidente”.
Zuluaga, por su parte, volvió a tocar la tecla de que la búsqueda de una paz negociada debe tener condiciones como un cese el fuego unilateral de la guerrilla que sea “verificable” y castigo a “quienes han cometido crímenes atroces y delitos de lesa humanidad”.
Si en algo coincidieron fue en que serían capaces de levantarse de la mesa si ven que no hay voluntad de paz real por parte de las FARC.
“He dicho que rompería el proceso si veo que en la contraparte no hay voluntad para llegar al final del conflicto” , dijo Santos mientras que Ramírez insistió en que se levantaría de la mesa si las FARC no abandonan prácticas como el reclutamiento de niños y la colocación de minas antipersona.
Peñalosa defendió que a pesar de los diálogos, “las Fuerzas Armadas hagan lo que esté a su alcance para combatir a la guerrilla, derrotarlas militarmente en la medida que sea posible” , en tanto que Zuluaga alegó que una paz negociada “exige el cese permanente de toda acción criminal” .
“Las FARC siempre han engañado a los colombianos en todos los procesos de negociación”, manifestó Zuluaga, que representa al sector de la política colombiana que reclama más dureza contra esa guerrilla.
“El proceso de paz es irreversible” , sentenció López, quien subrayó sin embargo la necesidad de un cambio en el modus operandi porque considera un error “seguir negociando en medio de la guerra” ya que “eso quita confianza y credibilidad a la gente” en el proceso.
La candidata de la izquierda dijo que el país necesita “profundos cambios para hacer que la paz sea sostenible” y entre esos mencionó la necesidad de implantar un “nuevo modelo económico” en el que la prioridad sean el pleno empleo, la seguridad alimentaria, salud y educación.
“Colombia es un país que ha sido gobernado para muy pocos, quiero comprometerme a gobernar para todos los ciudadanos” , dijo López, quien propuso una reforma tributaria para tasar a las grandes fortunas.
Para reducir la desigualdad, Zuluaga habló de una política educativa que desarrolle la clase media y de recuperar los sectores agropecuario e industrial golpeados por los tratados de libre comercio.
Ramírez también propuso volver a industrializar el país pues, agregó, eso genera empleo y si la renta de los hogares mejora, se genera igualdad.
En este aspecto, Santos citó datos de su gobierno, como la creación de 2.5 millones de empleos y la reducción de la pobreza y la pobreza extrema, pero admitió: “nos falta mucho, mucho camino por recorrer.