Puede que no sea bueno para tu cuerpo, pero almorzar en tu escritorio y trabajar tarde es mucho mejor para tu carrera que ir al gimnasio en cuanto den las 17:00 horas. Pero aunque tu carga de trabajo probablemente te previene de tomar esa clase de gimnasia a las 17:30 horas cada día, evitar la inactividad (el estado de no-movimiento que lleva a varios problemas cardíacos, metabólicos y de dolor) es más fácil de hacer de lo que pensabas.
¿Por qué es tan importante pararte de tu silla; o fuera del cubículo?
Debido a que el cuerpo humano no está diseñado para permanecer sentado, dice Galen Granz, un profesor de Arquitectura en la Universidad de California, Berkeley, quien tiene un doctorado en Sociología.
Nuestras articulaciones son fluidas, dice, y los cuerpos humanos están llenos de músculos más pequeños que solo pueden mantener el estrés durante periodos muy cortos. ¿Cómo podemos mantener activo un cuerpo diseñado así en la oficina? Al incorporar movimiento en nuestro día cuando sea posible. Comienza con estas cinco ideas:
Obtén un escritorio ajustable para estar parado, inmediatamente. Los beneficios de los escritorios parados no se pueden subestimar. El simple acto de pararse en el día quema grasa, dice Marc Hamilton, un profesor del Centro de Investigación Biomédica Pennington, quien tiene un doctorado en Fisiología del Ejercicio y cuya investigación en ratas sedentarias fue pionera en el campo de fisiología de la inactividad.
“¡Espera!”, podrías decir. “Si solo pararte puede quemar grasa. ¿Qué hago en el gimnasio?”. Bueno, cuando cargas peso en tus piernas, músculos diminutos activan la enzima que quema grasa, lipoproteína lipasa. Puedes impulsar los beneficios de quemar grasa al probar con un escritorio ajustable que te permite sentarte cuando te cansas. Sin embargo, no necesitas gastar mucho dinero.
Múltiples estaciones de trabajo en la oficina. ¿Por qué estar parado todo el día, especialmente cuando no tienes que hacerlo? Mezcla las cosas un poco y crea espacios diferentes para que tu cuerpo trabaje: quizá un área para pararse, un área típica de escritorio y asiento y un asiento bajo donde puedas sentarte con las piernas cruzadas (prueba con un par de almohadas de piso para meditación). Cualquier espacio del tamaño de un cubículo sería suficiente; puedes transformar un escritorio normal en un escritorio parado al apilar dos cajas de madera y colocar tu teclado en la parte superior. Después colócalos bajo el escritorio cuando te sientes. Según como te sientas en el día, cambia.
Prohíbe las sillas. Despídete de esas sillas de un ángulo de 90 grados con espacio para los brazos. Son como pequeñas jaulas para el cuerpo.
No puedes moverte lateralmente. En su lugar, reemplázalas con opciones más flexibles de asientos, como una pelota de ejercicio o un taburete de barra, que es grandioso para mantener equilibrado tu cuerpo en la mitad inferior del cuerpo.
Camina y habla. La conferencista de negocios de la Universidad Stanford en Estados Unidos, Nilofer Merchant, recientemente llamó la atención con un artículo que escribió en Harvard Business Review, en el que sugería reemplazar las reuniones de café con caminatas. “Ahora tengo en promedio cuatro reuniones, y entre 32.1 y 48.2 kilómetros cada semana”, escribe; y ya no necesita tomarse tiempo del trabajo para ejercitarse. También encuentra que es una mejor oyente cuando trabaja junto con alguien, y se distrae menos con internet.
Haz ejercicios isomé-tricos… discretamente. Es fácil flexionar esos músculos sin que tu jefe se de cuenta. Jessica Bottesch, copropietaria de Empower Per-sonalized Fitness en Durham, Carolina del Norte, sugiere ejercicios que puedes hacer sin detección. Haz cada uno durante cinco segundos; relájate durante un segundo y haz entre 15 y 20 repeticiones.
1.Piernas: Levanta tu trasero unos dos centímetros de la silla. Sostén durante cinco segundos; regresa a sentarte durante un segundo. Repite.
2.Depresiones de hombro: Siéntate parado con las manos en tu regazo. Lleva los hombros hacia atrás. Bájalos, como si trataras de poner un lápiz entre ellos y sostén cinco segundos. Relájate, y repite.
3. Abdomen: Siéntate recto y endurece tu pelvis como si retuvieras orina. Contrae tu ombligo hacia la médula, en una contracción. Relaja.
4.Pecho: Presiona tus manos contra el escritorio, con tus codos en un ángulo de 90 grados. Empuja como si te empujaras lejos del escritorio (¡Recuerda poner el seguro a las ruedas de tu silla!).
5. Bíceps: Coloca tus manos debajo del escritorio, y presiona hacia arriba.
6. Tríceps: Coloca tus palmas en tu escritorio con tus codos doblados en ángulos de 90 grados. Con tus brazos superiores en tu costado, presiona hacia abajo en tu escritorio.
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