El día que el diseñador Julio Chávez murió, el 21 diciembre de 2013, el poeta y crítico Ernesto Lumbreras escribió: “Los diseños de Julio Chávez crearon época. Los trajes de sirena que creó para María Victoria, entallados de cintura y caderas, son un hito de la moda en México. Ese modelo lo inmortalizó una foto de Nacho López titulada Si una mujer guapa parte plaza por Madero. También por sus manos virtuosas pasaron otros cuerpos codiciados a la búsqueda de velos que acentuaran la realidad y el deseo de su carnal materia, a saber: los de Ninón Sevilla, Lilia Prado, Katy Jurado, María Antonieta Pons, Tere y Lorena Velázquez, Kitty de Hoyos, Rosa Carmina, Silvia Pinal, Sonia Furió, Meche Barba, Irán Eory, Rocío Durcal y un largo y sensual etcétera”.
En la memoria colectiva el diseñador nacido en Ahualulco de Mercado, Jalisco, el 18 de mayo de 1920, se ha minimizado con el mote de “Modisto de las estrellas”, pero su aportación al mundo de la moda en México entre los años 40 y los 80 está aún por revalorarse.
Para el poeta y editor, Ernesto Lumbreras el diseñador fue un artista jalisciense destacado en su área. “Pensemos en otros artistas jaliscienses, Juan Rulfo en la literatura, José Clemente Orozco en la pintura y José Pablo Moncayo en la música. En este sentido, Julio Chávez fue un gran artista del diseño, en esa misma dimensión. Fue un hombre reconocido y que marcó una época en el mundo del espectáculo y en los teatros de revista desde finales de los años 40 hasta el año de 2012, cuando muere. Hace falta un gran trabajo de documentación para profundizar en su trabajo. En la historia del vestuario en México que está pendiente de escribirse, uno de los capítulos más importantes sería el de Julio Chávez”, dice.
En la última casa que habitó en la ciudad de México, en la colonia Condesa, su sobrina Rosalía Architrave resguarda un gran acervo textil del diseñador, así como decenas de fotografías que dan cuenta de la época que le tocó vivir y vestir, libretas, algunos bocetos y dibujos. Destacan los más de 100 vestidos, algunos datan de los años 60, así como los que diseñó en los últimos años de su vida. Si bien están bajo resguardo, el anhelo de Architrave es que sean valorados y formen parte del acervo indumentario.
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