Ellas son las estelares. Las que encabezan carteleras al interior del país, sábado a sábado; las que el público ovaciona con sus apodos de guerreras indomables. El boxeo femenil profesional, que hace apenas 20 años estaba prohibido en México, hoy es una realidad. No obstante, aún presenta el gran desafío de terminar con las grandes diferencias de sueldos que reciben las campeonas respecto de los varones.
“El boxeo femenil está pasando por su mejor momento en la historia. Ya se dignificó y probó con hechos que la calidad técnica, vista arriba del ring entre mujeres, es la misma que la de los hombres. Ahora lo que sigue es brindar una mejor estructura para el boxeo femenil, mejores sueldos, mejores oportunidades; que se pongan al nivel que merecen estar y buscar que siga creciendo”, dice Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
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Fue hace poco menos de 18 años las mujeres incursionaron en carteles profesionales en el país. Hace unos 16 años que se reglamentó en la capital. Tan sólo 10 años que uno de los cuatro principales organismos rectores del boxeo de paga ofreció uno de sus cetros mundiales a las damas. En ese tiempo, México se ha vuelto un lugar donde esta rama del pugilismo se ha consolidado y, hoy, es normal ver peleas entre mujeres por la televisión abierta.
“Para fortuna de México, es un país de mercado potencial para el boxeo femenil, cosa que se ve también en Argentina. Son países donde surgen grandes peleadoras y donde tienen buenas oportunidades”, apunta Gilberto Mendoza Jr., vicepresidente de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
Como una muestra del alcance logrado por el llamado boxeo de guantes rosa, México presume a 18 campeonas mundiales en su historia, de las cuales 16 han ostentado coronas de los principales órganos rectores del pugilismo (CMB, AMB, Organización Mundial y la Federación Internacional de Boxeo).
Nombres como los de Ana María La Guerrera Torres, La Princesa Azteca Jackie Nava, son sinónimo de leyendas. Otros como Zulina La Loba Muñoz, Mariana La Barbie Juárez o Ibeth La Roca Zamora son los motivos de que miles de personas paguen una entrada para verlas y ovacionarlas.
“El boxeo femenil ya está en una época avanzada. Es una realidad que nadie lo puede negar. A nivel mundial, creo que va bien, ya está en una posición de élite, pues hay muy buenas boxeadoras, grandes campeonas”, sostiene La Guerrera Torres.
El reto más grande que se enfrenta es mejorar los sueldos recibidos. Mientras que pugilistas de la talla de Juan Manuel Dinamita Márquez, Saúl Canelo Álvarez o Julio César Chávez Jr. cobran entre 1 y 3 millones de dólares por pelea, hay campeonas vigentes que han subido al ring por apenas 800 dólares. Sus aspiraciones reales son las de recibir bolsas que puedan rebasar los 100 mil pesos, según un sondeo realizado por un Diario de circulación nacional a diversas monarcas.
Pese a los salarios magros, son las propias pugilistas quienes celebran su conquista de un espacio en un deporte dominado por los varones.