Envía el Papa un saludo al pueblo mexicano

El Papa Francisco envío hoy un saludo al pueblo mexicano al recibir en audiencia a un grupo de obispos de ese país, a quienes llamó a promover “una cultura del respeto a la vida”.“Les ruego que lleven mi saludo al pueblo mexicano. Pidan a sus fieles que recen por mí, pues lo necesito”, dijo ante los integrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano, encabezados por su presidente y cardenal, José Francisco Robles Ortega.

Instó a mejorar la transmisión de la fe a las jóvenes generaciones, a recuperar el sentido pleno de la piedad popular y a favorecer a la familia como célula básica de la sociedad y medio privilegiado para que el tesoro de la fe pase de padres a hijos.
“Los animo a intensificar la pastoral de la familia para que, frente a la cultura deshumanizadora de la muerte, se convierta en promotora de la cultura del respeto a la vida en todas sus fases, desde su concepción hasta su ocaso natural”, señaló.
En su mensaje, en español, el pontífice aseguró que la historia de México no puede entenderse sin los valores cristianos que sustentan el espíritu de su pueblo y destacó el papel de la Virgen de Guadalupe en la reconciliación y a la liberación integral del pueblo mexicano.
“En la actualidad, las múltiples violencias que afligen a la sociedad mexicana, particularmente a los jóvenes, constituyen un renovado llamamiento a promover este espíritu de concordia a través de la cultura del encuentro, del diálogo y de la paz”, indicó.
Reconoció que no es papel de los obispos aportar soluciones técnicas o adoptar medidas políticas, que sobrepasan el ámbito pastoral, pero sostuvo que ellos deben anunciar el mensaje de Cristo que ha querido sufrir con quienes sufren.
Jorge Mario Bergoglio afirmó conocer los “desvelos” de los prelados mexicanos por quienes carecen de recursos, los desempleados, los que trabajan en condiciones infrahumanas, los que no tienen acceso a los servicios sociales, los migrantes en busca de mejores condiciones de vida, los campesinos.
“Sé de vuestra preocupación por las víctimas del narcotráfico y por los grupos sociales más vulnerables, y del compromiso por la defensa de los derechos humanos y el desarrollo integral de la persona”, añadió.
Rescató también el papel de los fieles católicos en la vida social, sostuvo que la Iglesia “no puede prescindir de ellos” y de su trabajo en las familias, en las escuelas, en las empresas, en los movimientos populares, en los sindicatos, en los partidos e, incluso, en el gobierno.
Pidió ofrecerles una capacitación adecuada para que puedan reforzar su diario afán por edificar un mundo más justo y solidario.
El Papa solicitó a los obispos formar catequistas apasionados, capaces de cultivar una fe sincera, libre y gozosa en los niños y en los jóvenes; además de destacar la importancia de las parroquias para vivir la fe con coherencia y sin complejos en la sociedad actual.
También exhortó a los sacerdotes a despojarse de “los oropeles de la mundanidad, del dinero y del poder”.