Las aguas sube y Sai Fah, un niño tailandés, tendrá que luchar con los elementos naturales y los cocodrilos, salvarse de la electrocución, escapar a serpientes y, sobre todo, evitar ahogarse.
Pero Sai Fah no es un niño corriente, sino el héroe virtual de un videojuego concebido a pedido de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), con el objetivo de limitar el número de menores muertos durante las inundaciones en Tailandia y en todo el resto de Asia.
Tailandia sufrió en 2011 tremendas inundaciones en las que perdieron la vida unas 800 personas, entre ellas un centenar de niños.
La UNESCO ha buscado un medio para “divulgar entre los niños la información” necesaria para protegerse del peligro, explica Ichiro Miyazawa, responsable del diseño y desarrollo del juego “Sai Fah, The Flood Fighter”.
Una idea se impuso rápidamente: una aplicación gratuita para ‘smartphones’ y tabletas, en un país que contaba en 2012 con 130 abonos de telefonía móvil por cada 100 habitantes, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
La versión tailandesa, con dibujos muy coloridos, fue lanzada en enero y alcanzó en tres semanas el primer puesto entre las aplicaciones educativas en el país, con más de diez mil descargas, que llegaron a 18 mil a comienzos de mayo El principio es sencillo: Sai Fah (“relámpago”, en tailandés) debe cumplir las misiones presentadas en 22 episodios, antes, durante y después de la inundación de su casa. Cada misión conlleva un mensaje preventivo.
El juego se desarrolla en la provincia de Ayutthaya, particularmente afectada por las crecidas de 2011. Sus templos históricos quedaron anegados durante semanas, así como sus principales zonas industriales. En el distrito de Ban Praek, el recuerdo de pueblos enteros arrasados por las aguas se mantiene aún muy vivo. “El agua llegó desde la represa vecina de Bang Chom Sri durante la noche y al amanecer”, cuenta Nittaya Soponpit, directora de un centro de educación comunal donde la UNESCO ha promocionado el videojuego.
“¡Me llegaba hasta la cabeza!”, recuerda. Gracias al videojuego, los niños “sabrán cómo comportarse” en caso de un nuevo siniestro, añade. Algunos mensajes del videojuego son integrados rápidamente por los jóvenes que asisten al centro. La próxima vez “prepararé agua potable”, asegu-ra Kit-kanok Klungnumkoo,de 17 años. “Seguiré los consejos del juego cortando el disyuntor (eléctrico)”, promete por su parte Pornnamphet Sainet, de 10 años, que no ha olvidado su pánico durante las inundaciones de 2011.
“Todavía no sé nadar”, comenta la niña, al igual que la mayoría de los niños tailandeses.
Por supuesto, “Sai Fah” no reemplaza un curso de natación o un chaleco salvavidas, pero comunica un mensaje muy simple: “Mantente lo más lejos posible del agua”, subraya Miyazawa.
En uno de los episodios, el personaje, con un sombrero impermeable rojo, un tanto ridículo, encasque -tado, debe utilizar un bastón para rastrear en el suelo sumergido y así evitar agujeros o ser arrastrado por la corriente. Ante el éxito en Tailandia, se lanzó recientemente una versión del videojuego en inglés para otros países asiáticos, como Filipinas, Birmania o Indonesia.
Estos países son azotados todos los años por las lluvias monzónicas, que frecuentemente provocan inundaciones agravadas por la urbanización precaria, la deforestación o infraes-tructuras mal adaptadas.
El inglés no es forzosamente la lengua habitual en los otros países donde se ha lanzado el juego, pero los jóvenes están acostumbrados a los videojuegos en línea y son capaces de comprender consignas en un “inglés muy sencillo”, subraya Nathalie Sajda.
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